La historia de cómo un valiente hombre reveló por primera vez al mundo el plan de exterminio nazi con un diario clandestino en 1942
Durante la Segunda Guerra Mundial, en medio del terror nazi y el silencio internacional, un valiente historiador polaco se atrevió a documentar y difundir la verdad sobre el genocidio judío. Emanuel Reingelblum publicó en 1942 en el periódico clandestino Brigada de la Libertad el primer informe detallado sobre los gaseamientos masivos en el campo de concentración de Chelmno, uno de los primeros centros de exterminio nazis. Este documento fue crucial para revelar al mundo la magnitud del Holocausto y la sistematización de los crímenes del nazismo.
Reingelblum, quien no presenció directamente las atrocidades, recopiló los testimonios de sobrevivientes que lograron escapar de Chelmno. Su trabajo no solo fue una crónica histórica sino también un acto de resistencia intelectual frente a la barbarie nazi, que buscaba ocultar su plan de exterminio. El relato fue tan impactante que, al día siguiente, el diario británico Daily Telegraph publicó una nota con el título “Alemanes asesinan a 700.000 judíos en Polonia”, alertando sobre las “cámaras de gas viajantes” utilizadas por el régimen nazi.
Emanuel Reingelblum y su labor documental en tiempos de guerra
Emanuel Reingelblum, nacido en 1900 en Buczacz, Polonia, se destacó como historiador y activista socialista-sionista. Durante la ocupación alemana, se convirtió en la voz clandestina que dio cuenta del sufrimiento y la exterminación de la población judía. Su compromiso lo llevó a crear el archivo Oneg Shabat, una recopilación secreta de testimonios, documentos y evidencias sobre la vida en los guetos y el Holocausto.
Desde el inicio de la invasión nazi en 1939, Reingelblum documentó la dramática realidad de los judíos confinados en guetos, especialmente en Varsovia y Lodz, donde la población sufrió condiciones inhumanas. En Chelmno, cercano a Lodz, los nazis implementaron el uso de camiones de gas para asesinar a miles de judíos mediante monóxido de carbono, un método precursor de las cámaras de gas industriales. La publicación en la Brigada de la Libertad de los relatos de los fugitivos Michael Podchlebnik y Szlama Blajer fue el primer testimonio público que detalló estos crímenes.
Chelmno: el primer campo de exterminio y el relato que estremeció al mundo
El campo de concentración de Chelmno, ubicado a 48 kilómetros de Lodz, fue el primero en emplear camiones de gas para ejecutar masacres en masa. Los testimonios recogidos por Reingelblum describen cómo las víctimas eran engañadas para entrar a los vehículos donde morían asfixiadas por el monóxido de carbono. Los cuerpos eran luego enterrados o incinerados en bosques cercanos.
La nota del Daily Telegraph publicada el 2 de junio de 1942 destacó la brutalidad y la escala de estos asesinatos, afirmando que ya se habían exterminado a 700.000 judíos en Polonia. La BBC también reportó en esa época el envío de informes a Londres que confirmaban la existencia de estos métodos. Estos documentos clandestinos fueron fundamentales para que el mundo comenzara a comprender la magnitud del Holocausto, mucho antes de que los campos de concentración más grandes, como Auschwitz, se convirtieran en símbolos de la barbarie nazi.
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La resistencia y el legado histórico de Emanuel Reingelblum
Más allá de revelar la verdad sobre Chelmno, Emanuel Reingelblum fue un pilar judío durante la Segunda Guerra Mundial. Creó y dirigió el archivo Oneg Shabat, enterrando documentos en cajas metálicas para preservar la memoria del gueto de Varsovia y del sufrimiento de su pueblo. Estos archivos se recuperaron después de la guerra y hoy son parte del patrimonio histórico del Instituto Histórico Judío de Varsovia.
La valentía de Reingelblum se extendió hasta sus últimos días. Tras el levantamiento del gueto de Varsovia en 1943, se ocultó en el “distrito ario” de la ciudad pero regresó para seguir documentando. Fue capturado y enviado al campo de trabajo de Trawniki, logró escapar, pero finalmente fue detenido y fusilado junto con su familia y sus protectores en las ruinas del gueto.