Geólogos descubren un fenómeno contagioso que se propaga entre placas tectónicas y podría provocar sismos y tsunamis
La subducción, el proceso geológico en el que una placa tectónica se hunde bajo otra, ha sido históricamente responsable de los terremotos más intensos y tsunamis devastadores. Un reciente estudio publicado en Geology aporta nuevas evidencias de que esta actividad no surge de forma aislada, sino que puede extenderse entre placas como un fenómeno “contagioso”, dando paso a nuevas zonas de riesgo sísmico.
Esta hipótesis, que hasta ahora resultaba difícil de comprobar, fue analizada por un equipo liderado por el geólogo Mark Allen, de la Universidad de Durham, en Inglaterra. A partir de registros geológicos del este de Asia, los investigadores detectaron una secuencia de eventos que sugiere que una subducción ya existente puede inducir el inicio de otra en una placa vecina, alterando su estabilidad y activando un proceso sísmico de grandes dimensiones.
¿Qué es el contagio por subducción?
El llamado “contagio por subducción” describe cómo una zona activa de hundimiento de placas puede influir en áreas adyacentes, generando nuevas zonas de subducción. Es decir, no se trata de un movimiento espontáneo, sino de una reacción en cadena entre placas oceánicas. El término fue adoptado debido a la forma en que el fenómeno “salta” de una región a otra, como si se tratara de una infección geológica.
Este mecanismo puede explicar cómo se originó el actual Anillo de Fuego del Pacífico, una franja sísmica que abarca desde Alaska hasta el sur del océano Índico. Según el estudio, hace 260 millones de años, las zonas de subducción en los antiguos océanos Tethys y asiático impulsaron la creación de nuevas líneas de hundimiento en la placa del Pacífico, la cual ha estado descendiendo desde entonces.
João Duarte, geólogo de la Universidad de Lisboa que no participó en el estudio, destacó el valor de esta investigación. “Este trabajo no es una simple especulación. Se basa en el análisis del registro geológico”, señaló. Su comentario refuerza la relevancia del hallazgo para comprender la evolución tectónica a largo plazo.
¿Cuál es la evidencia de este fenómeno geológico?
Los investigadores identificaron una pista clave: la “anomalía Dupal”, un patrón geoquímico propio del antiguo océano Tethys. Esta huella fue encontrada en rocas volcánicas del Pacífico occidental, lo que sugiere que materiales tectónicos cruzaron los límites entre placas, generando una nueva zona de subducción. “Es como encontrar la huella digital de alguien en una escena del crimen”, afirmó Allen al explicar la conexión entre ambos océanos.
La hipótesis también considera que las fallas transformantes, como la Falla de San Andrés, podrían actuar como puntos débiles por donde se inicia este contagio. Según Duarte, el proceso se asemeja a un papel de aluminio sobre agua: flota hasta que una perturbación mínima lo hace hundirse. Bajo esta lógica, regiones actualmente estables como el Atlántico podrían, en millones de años, experimentar un ciclo similar al del Pacífico, incluso formar un nuevo “Anillo de Fuego”.