El día que EE. UU. invadió Irak con la excusa de eliminar armas de destrucción masiva: más de 100.000 murieron y nunca se encontró el arsenal
El 20 de marzo de 2003, Estados Unidos lideró una coalición internacional que invadió Irak, justificando la acción con el argumento de que el régimen de Saddam Hussein estaba desarrollando armas de destrucción masiva (ADM). Esta excusa, apoyada por el gobierno estadounidense y sus aliados, nunca se demostró. Tras la invasión, el país no solo vio la caída de su dictador, sino que también enfrentó un largo ciclo de violencia y desestabilización. Más de 100.000 civiles perdieron la vida y el Medio Oriente, en general, sufrió las repercusiones de este conflicto.
Hoy, con el paso de los años y con el regreso de la intervención de Estados Unidos en la región tras atacar Irán sin previo aviso, los resultados de esa intervención continúan siendo un tema de debate. A pesar de que las armas de destrucción masiva nunca se encontraron, las justificaciones iniciales de la invasión marcaron el inicio de una guerra de más de 8 años que desbordó cualquier expectativa de estabilización. Las consecuencias en Irak y la región son palpables, ya que los efectos de la ocupación, la lucha sectaria y el auge de grupos extremistas como el Estado Islámico siguen marcando la pauta de los eventos políticos y sociales.
¿Por qué Estados Unidos invadió Irak?
La invasión de Irak por parte de Estados Unidos, junto con aliados como el Reino Unido, fue presentada como una medida preventiva frente a una amenaza global inminente. El principal argumento del entonces presidente George Bush fue que Irak poseía armas de destrucción masiva, que podían ser utilizadas para atacar no solo a los países de la región, sino también a Occidente. La información proporcionada por los servicios secretos, aunque más tarde se comprobó que era errónea o manipulada, fue la base de la justificación.
A la narrativa de las ADM se añadió otro argumento: el régimen de Saddam Hussein tenía vínculos con grupos terroristas, incluidos Al Qaeda. Esta afirmación, aunque nunca fue confirmada por pruebas sólidas, fue aprovechada para vincular a Irak con la amenaza global del terrorismo tras el atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Además, se esgrimió la idea de "exportar democracia", sugiriendo que derrocar a Hussein abriría las puertas a un nuevo régimen que sería un ejemplo para toda la región, especialmente para países como Irán y Siria. Sin embargo, los verdaderos motivos detrás de la invasión parecen haber sido mucho más complejos, incluyendo la lucha por la hegemonía en el Medio Oriente y el control de sus recursos estratégicos, como el petróleo.
Según el periódico francés Le Monde diplomatique, documentos desclasificados estadounidenses señalaron que la principal razón de la invasión a Irak fue el control del petróleo. Aunque no se observó el control directo del gobierno sobre este recurso energético, sí se produjeron grandes contratos con empresas estadounidenses para tener acceso a los recursos del país invadido.
¿Cuántos civiles fallecieron tras la invasión de Estados Unidos en Irak?
Uno de los costos más dolorosos de la invasión de Irak fue la enorme cantidad de víctimas civiles que dejó a su paso. Las estimaciones varían, pero según los informes de diversas organizaciones humanitarias y estudios académicos, más de 100.000 personas perdieron la vida debido a los enfrentamientos, ataques aéreos y otros actos de violencia directa durante el conflicto. El número exacto sigue siendo incierto, pero las cifras más conservadoras hablan de más de 130.000 muertes. El ataque a la libertad de cobertura fue otro hecho trascendente. Según la ONG francesa Reporteros sin Fronteras (RSF), al menos 230 periodistas fueron asesinados durante el conflicto, siendo la mayoría ciudadanos iraquíes.
En este contexto, Irak se convirtió en un campo de batalla, no solo entre las fuerzas de la coalición lideradas por Estados Unidos y las fuerzas iraquíes, sino también entre diferentes grupos sectarios que aprovecharon la inestabilidad para intensificar sus luchas. Las muertes de mujeres y niños fueron particularmente altas, y el sufrimiento de los desplazados internos y las comunidades afectadas por la violencia se extendió durante años. Este impacto humano dejó una cicatriz profunda en la sociedad iraquí, cuyas repercusiones aún se sienten en la actualidad.
¿Cómo quedó Irak tras el final de la guerra?
Estados Unidos completó la retirada de sus tropas de combate de Irak en 2011, aunque un pequeño contingente de fuerzas estadounidenses permaneció en el país para apoyar al gobierno iraquí en la lucha contra el terrorismo, particularmente contra Al Qaeda y sus sucesores, el Estado Islámico (ISIS). La retirada formal fue el resultado de un acuerdo firmado con el gobierno iraquí en 2008 bajo el mandato de George W. Bush, pero la situación en el país no mejoró inmediatamente.
Tras la salida de las tropas estadounidenses, Irak continuó enfrentando una grave inestabilidad política y social. La falta de cohesión entre las distintas facciones sectarias, los desafíos económicos y la corrupción siguieron socavando la gobernabilidad. La falta de un liderazgo efectivo y la incapacidad para integrar a las diversas comunidades iraquíes abrieron la puerta al resurgimiento de la violencia, especialmente con la aparición de ISIS en 2014, que ocupó vastas regiones del país, causando más muertes y desplazamientos.
Irak, tras la retirada de las tropas estadounidenses, quedó marcado por un largo proceso de reconstrucción que se ve constantemente interrumpido por los conflictos internos y las crisis políticas. El país sigue lidiando con altos niveles de pobreza, desempleo y una infraestructura devastada por años de guerra.