Políticas complicadas
El afán del Presidente López Obrador de iniciar políticas diversas en su recién iniciado gobierno le han impedido una planeación adecuada y suficiente para lograr los objetivos que pretende. En su mayoría, sus pronunciamientos convencen, son positivos, no así su ejecución. Tal vez porque la improvisación le gana a la planeación.
Convence a su audiencia con vehemencia por los propósitos que lo animan: la lucha contra la corrupción, aunque falta el mismo énfasis en la lucha contra la impunidad; la austeridad republicana, frente al creciente gasto público, pero aún falta la inversión; las medidas de corto plazo, pero aún se esperan las soluciones de largo plazo; la más reciente creación de la guardia nacional, frente a la imparable delincuencia e inseguridad, entre otras. Todas ellas merecen nuestro reconocimiento, sin embargo, falta lo más importante de las buenas intenciones, su realización.
Algunos ejemplos de lo que está en la mente de la población son: la política de combate al robo de combustible, que esparció el costo del desabasto entre los consumidores y otros más en indirectos, por la suspensión de la distribución de productos y demás servicios; la injustificada e inexplicable suspensión de la obra del nuevo aeropuerto para la zona metropolitana de la Ciudad de México, hasta hoy abandonada y sin futuro, al menos declarado, de su posible aprovechamiento, mientras el sistema de transporte aéreo nacional se transforma paulatinamente en beneficio, principalmente, de los aeropuertos norteamericanos que ya tienen tiempo con vuelos directos entre sus aeropuertos y los de ciudades mexicanas.
Hoy día se reconoce en el mundo que la formulación de la política gubernamental es el campo más relevante de la administración pública, aunque en la mayoría de los países sea el más descuidado. Se determina el rumbo, hasta se establecen los objetivos, las metas, pero falta la adecuada planeación y formulación para lograrlos. Y el reto mayor: la ejecución de las políticas.
El Presidente logra identificar los problemas, convence con sus propuestas, por eso su rango de popularidad, aunque no se aprecia que su equipo logre seguirle el paso en el diagnóstico integral, la formulación detallada de opciones para resolverlos, el diseño de la planeación, y más allá, su implantación, su ejecución.
La Política es de naturaleza inestable, porque frente a la movilidad de la sociedad y el contexto interior e internacional, los gobiernos requieren capacidad de adaptación, mientras el político debe adecuar sus intenciones a las circunstancias. La difusión de una intención política sin programa específico puede ser eficaz como retórica, pero resulta irrelevante para el desempeño gubernamental. Puede resultar útil para gobernar, ya se verá, como ahora lo conocemos del pasado reciente, en la profesional evaluación del desempeño que realiza la Auditoría Superior de la Federación. _