La verdadera militarización

El jueves pasado se aprobaron por unanimidad en el Senado de la República reformas a la Constitución en materia de Guardia Nacional (GN). Ante tal acontecimiento, tanto el gobierno como la oposición se reivindicaron como vencedores. Sin embargo, bien vistas las cosas, ganador sólo hubo uno: el Presidente de la República, quien logró su objetivo de utilizar a los militares en labores de seguridad pública -al menos durante el período de su encargo- ; además, podrá nombrar como responsable de la GN a un militar en activo o en retiro; y, al Consejo de Jefes de Estado Mayor como órgano colectivo de dirección de la GN, se le cambió el nombre por el de Instancia de Coordinación Operativa Interinstitucional, en la que se garantiza la mayoría de representantes de las fuerzas armadas en sus decisiones, al integrarse con representante de las Secretarías de Defensa y Marina, además de la de Seguridad.

Se ha utilizado como argumento de no militarización que las policías militar y naval que pasarán a integrarse a la GN, son policías y no militares, lo que es un subterfugio, pues son la policía de las fuerzas armadas, con una formación más militar que la de la tropa. Por tanto, para la oposición fue una victoria pírrica: tuvo que aprobar lo que les propusieron y aceptar que, al menos por cinco años, la seguridad pública esté a cargo de militares.

Algo que ha pasado desapercibido es que resucitaron los Cuerpos de Reserva contemplados en la Ley del Servicio Militar Nacional (LSMN), pero inactivos. Ahora, incluyeron en la Constitución como obligación de los ciudadanos «alistarse y servir en los Cuerpos de Reserva» (art. 31, fracción III); «tomar las armas en la Fuerza Armada Permanente o en los Cuerpos de Reserva» (art. 35, fracción IV); y, «formar parte de los Cuerpos de Reserva en términos de Ley» (art. 36, fracción II). Eso es lo que aprobó el Senado y lo que mañana aprobará con dispensa de trámite la Cámara de Diputados.

Conviene recordar que la LSMN fue expedida por el presidente Lázaro Cárdenas el 11 de septiembre de 1940, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Dicha Ley, es la única en la que aparece el concepto Guardia Nacional; y, ahora, al cambiar en la Constitución las características de este cuerpo, introducen ahí también el concepto de «Cuerpos de Reserva», que si bien ya existía en la Ley, estaba en completo desuso, como también el Servicio Militar Nacional. Así que ahora, los mexicanos hasta los 30 años estarán obligados a alistarse en la 1a Reserva; hasta los cuarenta en la 2a; y, los mayores de 40 años, en la Guardia Nacional (art. 5° de la LSMN).

Así las cosas, las Fuerzas Armadas participarán en labores de seguridad pública y los Cuerpos de Reserva se activan por disposición constitucional. Eso es lo que se aprobará.