El sargazo y el México fallido
Mi colega Abraham Reza publicó este reporte hace unos días:
"Por quinto año consecutivo, el color turquesa del Caribe mexicano se ve amenazado. Imágenes satelitales de la Universidad del Sur de Florida evidencian que la cantidad de sargazo que llegará a las playas de Quintana Roo este 2019 será 300 por ciento mayor a la de 2018 (https://www.milenio.com/estados/amenaza-sargazo-qr-quinto-ano-consecutivo)".
Durante la transición, ¿qué hicieron el gobierno de Enrique Peña Nieto y el equipo de Andrés Manuel López Obrador para impedir este desastre inminente?
Nada.
"(...) Investigadores, científicos, oceanógrafos y autoridades estatales plantearon un sistema (...). Sin embargo, la inversión de mil millones de pesos que se requiere no ha llegado".
Ni el gobierno saliente ni el gobierno entrante garantizaron recursos para contener la plaga marina.
"El proyecto consiste en identificar a través de satélite la ubicación de las algas para recolectarlas en altamar con embarcaciones de gran calado, o sargaceras. Luego, recoger los remanentes de 'la maleza marina' y entregarlos a distintas industrias para que los procesen y conviertan en combustibles" y otros productos.
Marinos, ecologistas, científicos, académicos, hoteleros y empresarios se pusieron a trabajar para impedir la devastación que se avecina. ¿Peña Nieto y López Obrador hicieron algo durante sus mediáticos paseos en Palacio Nacional? ¿Y los legisladores que trabajaron hasta agosto pasado? ¿Y los que empezaron a hacerlo en septiembre?
Bravo. Que se joda Cancún. Que se joda la Riviera Maya. Que se joda Quintana Roo. Que se jodan las cientos de miles de familias que viven del turismo.
Cada día es más raro encontrar un espacio para nadar sin que las algas se peguen a los cuerpos y piquen la piel. Cada día es más complicado y caro para los hoteleros retirar las toneladas de sargazo putrefacto que manchan y deterioran las arenas. Para los turistas nacionales y extranjeros cada vez es más difícil obtener las fotografías idílicas que esperaban tomar, con arenas blancas y el bellísimo mar cristalino a sus espaldas. ¿Quién quiere una convención, una pedida de mano, una boda, una vacación con la imagen de fondo de un mar café, pantanoso, en una playa pestilente?
Reza entrevistó a varios especialistas, entre ellos a Joel González, integrante de la Mesa Técnica instalada en el estado:
“Cuando el sargazo llega a las playas no solo se descompone, sino que además crea mal olor, mal aspecto, moscos y segrega un ácido que cambia la textura de la arena, además de que mata todo aquello que se encuentra a su alrededor. No podemos dejar que todo muera lentamente.”
La ineptitud de todas las autoridades:
“Imagínate que contratas a alguien para que esté todo el día limpiando un charco de agua que provoca una gotera en tu techo. Es absurdo: si no impermeabilizas el techo, de nada sirve que tengas a alguien secando el agua que cae”, sintetiza Joel.
Esto del sargazo ilustra la ausencia de políticas públicas permanentes, políticas de Estado. Exhibe también nuestra triste realidad gubernamental: carecemos de estadistas, solo tenemos políticos, de todos los partidos, que son expertos en elecciones y en provocar, por egoísmo y enanez, un México fallido en tantos temas...
jpbecerra.acosta@milenio.com
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