Arquitectura lúdica
Desde temprana edad Rozana Montiel sintió atracción por los espacios, siendo una niña diseñó su cuarto, y fue su padre quien le sugirió inclinarse por la arquitectura.
Egresada de la Universidad Iberoamericana, su carrera inició en el despacho de Diego Villaseñor, después se dirigió a Barcelona para cursar una maestría, y al volver a México tenía claro que quería emprender su camino, ganó la Beca Jóvenes Creadores lo que le permitió comenzar el estudio que lleva su nombre.
Rozana es una arquitecta que ha ganado reconocimiento por trabajar espacios públicos en nuestro país, siempre le ha interesado la mezcla de lo lúdico y lo pedagógico.
Los niños son actores principales de un cambio social por ello es fundamental involucrarlos en lugares de juego y de aprendizaje. Para ella, es importante ver y escuchar a las comunidades para comenzar a transformar el área, las zonas de juego quitan la ociosidad de niños y jóvenes, en estos lugares de recreación es donde se generan interacciones.
Se trata de fabricar zonas de diversión, las cuales describe como la creación de otras versiones de la realidad que puedan potencializar el acto creativo, ayudar a los procesos de aprendizaje y, por lo tanto, son de construcción de la sociedad. Bajo este esquema se crean “situacciones”, término que lo define como la suma del sitio, una situación y una acción.
Estas ideas de zonas de diversión son lúdicas, de bajo costo, pero cambian por completo la percepción que la gente tiene de su entorno, es importante que éstos sean propicios para la interacción social.
“Creo que un cambio empieza con la percepción, y a través de estos podemos mostrarles otra realidad”, comenta Rozana. Aunque admite que en estos proyectos de rehabilitación de espacio público la principal urgencia para la comunidad siempre ha sido un techo, Rozana buscar sumar.
Se integran juegos, algunos elementos que sirvan para hacer ejercicio para jóvenes, un pizarrón que fomente la enseñanza y bancas para generar un lugar de estar que conecte a la gente. No es sólo un tema de recreación, es un tema de cultura y aprendizaje. En México, es evidente la escasez de estos sitios, y aunque hay grandes esfuerzos por crear zonas de diversión, hay mucho por hacer en temas de juego y recreación.