Calderón ‘non grato’
En una de las movilizaciones estudiantiles más grandes de que se tenga memoria en el campus Monterrey del Tec, más de 25 mil estudiantes y diversas personas, en su mayoría regiomontanas, se unieron en la plataforma Change.org para manifestar su completo desacuerdo a que el ex presidente Calderón asistiera a dar una conferencia en la misma sede educativa donde en sus instalaciones, hace nueve años, el Ejército abatió a dos estudiantes de excelencia que luego quiso hacer pasar y así los presentó, como “sicarios armados hasta los dientes”; versión que en un primer momento, para oprobio de la institución, avaló además del propio FCH, el mismo rector del Tec, Rangel Sostmann, quien se prestó a la mascarada, incluso proveyendo a los soldados de los videos de las cámaras de seguridad que le requirieron.
Motivó la decisión de Calderón la claridad con la que se expresó la madre de uno de los abatidos, Rosa Elvia Mercado: “El regresar al lugar donde fue el crimen y no hacer nada él en su momento, o no tiene memoria, o ya se le olvidó lo que hizo en su momento, cuando él estuvo en el mando del país, y que ahora va como si nada hubiera pasado, pero gracias a Dios que los muchachos sí tienen memoria”. La señora Mercado reprochó que, desde aquella fecha, ni el presidente ni su esposa, Margarita Zavala, hicieron nada por ayudarlos: “Él lo recalcó muy claro que eran daños colaterales y con nosotros nunca se acercó, jamás, ni siquiera para una disculpa personal”.
A diferencia del gobierno de FCH, el presidente AMLO acaba de pedir perdón por el Estado mexicano a las familias de estos estudiantes abatidos por los militares en un evento de opacidad institucional del que aún no conoce la justicia reclamada. El general Antúnez, a la sazón, uno de los militares de alto rango de la zona de mando de donde se dice partieron las órdenes fatales, tiempo después fue “premiado” con un puesto de alto nivel durante el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón y posteriormente desapareció de escena, sin que se hayan deslindado aún las responsabilidades del caso.
De la decisión de Calderón, la señora Mercado opinó que “fue una decisión muy personal de cancelar su visita, aunque en el comunicado dijo que lo hizo movido por mis palabras, pues yo creo que fue por su conciencia”. El Tec por su parte que se había mantenido impasible e inmutable a la exigencia del movimiento anti Calderón, trató al último minuto subirse al vagón de la opinión pública y manifestó su beneplácito por la decisión del ex presidente, la cual “muestra sensibilidad al dolor que pudiera causarles” a los familiares. Una sensibilidad que el Tec no mostró.
En realidad la dirigencia del Tec nada hizo por respaldar a los estudiantes de hoy en su protesta, como en su momento tampoco lo hizo desde entonces; desde aquellos años hasta la fecha, el Itesm ha sido omiso en respaldar con toda la fuerza de su influencia y prestigio, las exigencias de justicia de los padres cuyos hijos perdieron la vida a manos de militares mexicanos aquella noche fatídica del 19 de marzo de 2010.
En la paradoja, el episodio no movió ni un pelo a los furibundos congresistas locales de Nuevo León y sectores sociales que los apoyaron, quienes apenas la semana pasada por otro incidente muy menor, pero de fibras idiosincráticas regiomontanas ampliamente manipuladas a trasmano, declararon en el extremo de la ridiculez, en el clímax de un inflamado corazón norteño afrentado en lo más sagrado de su ser, persona non grata al diputado federal Noroña, extralimitándose en sus funciones y usando un término propio solo del ámbito diplomático, pero que nada tiene que ver con las facultades y atribuciones del Congreso local de Nuevo León.
Al censurar a Noroña y limitar su libertad de tránsito (así fuera de manera retórica) sin respetar su fuero constitucional como legislador federal por haber usado su libertad de expresión al afirmar que habían sido “jóvenes valientes” los que al intentar secuestrar al protoempresario regiomontano Eugenio Garza Sada, provocaron que fuera asesinado en el tiroteo que siguió, el Congreso de Nuevo León se colocó en la hipótesis de un pronunciamiento inconstitucional sujeto a responsivas legales.
Tan es así y no se trata de un juego de ocurrencias limitadoras, que al diputado federal Noroña –experto en lides de temas pesados–, quien secundó el dicho original del ahora ex director del Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, Salmerón Sanginés, le fue concedido un amparo, el cual acaba de ratificar ante el tribunal correspondiente.
Noroña ha exigido una disculpa pública y una retractación por parte del cuerpo legislativo de NL que acotó sus garantías individuales. No son fútiles deseos ñoños u ociosos. El amparo va justo en la vía judicial para que mediante un probable juicio político se produzcan destituciones y reconsideraciones en toda forma a los responsables de lo actuado por el Congreso nuevoleonés. Al menos eso afirma Noroña.
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