Líderes sindicales
La renuncia de Carlos Romero Deschamps a la dirigencia del sindicato petrolero es un buen pretexto para revisar los añejos liderazgos en los grandes sindicatos nacionales.
El más añejo de todos es Francisco Hernández Juárez, telefonista, quien de acuerdo con una nota de MILENIO publicada por el periodista Israel Navarro en mayo pasado, cumplió ya 44 años al frente de la dirigencia del STRM. La misma nota refiere que Armando Neyra tiene 32 años como dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora; y que Víctor Flores Mercado cumple ya 24 años como dirigente sindical de los ferrocarrileros. Romero Deschamps, hay que decirlo, fue dirigente de los petroleros por 30 años.
Es importante señalar que la vida de los sindicatos es un asunto exclusivo de los trabajadores que integran cada gremio, y la permanencia o no de sus dirigentes en los cargos se rige por sus estatutos internos. El problema es que la falta de transparencia sobre el manejo del dinero de los trabajadores permite que líderes sindicales puedan aprovecharse de su cargo para hacerse ricos, muy ricos.
Es raro, si no es que casi imposible, encontrar un dirigente sindical nacional con un tren de vida como el de cualquiera de sus representados. Vamos, es evidente que los dirigentes terminan exhibiendo lujos que muchas veces no tienen los dueños de empresas. Autos de lujo; viviendas en zonas de alto valor en México y el extranjero, ropa de marca cara, relojes extravagantes, viajes a paraísos con todos los servicios incluidos, bueno, hasta edecanes extranjeras para hacerse acompañar a los actos públicos. Y no es invento mío. Es posible ver esos lujos a simple vista.
Los sindicatos son organizaciones pensadas para representar a los trabajadores ante las empresas. Su labor es vital para defender derechos y evitar abusos. Y su participación también debe contribuir a mejorar a las empresas con las que trabajan.
Lo malo es que en la mayoría de los casos los líderes abusan, y terminan por representarse a ellos mismos, y no a sus compañeros. Se ve difícil, pero ojalá los sindicatos logren mejorar sus prácticas, y terminen por erradicar a líderes corruptos.
twitter: @baezamanuel