¿Y si hacemos un Lupe-Reyes diferente?
Aunque ya está avanzado el famoso maratón “Lupe-Reyes”, aún es momento de lanzar el desafío para que lo días que restan en lugar de ser de excesos y permisos, sean saludables y de abstinencia, sobre todo si se tiene sospechas de tener un problema de alcoholismo o de algún tipo de adicción.
Como especialista en adicciones he lanzado el #lupereyesenabstinencia #challenge en el que aún hay cupo para quien decida integrarse aunque hayan pasado ya 10 días de celebraciones para muchos a la vieja usanza.
El reto fue propuesto tanto en el consultorio con quienes están iniciando su acompañamiento terapéutico, como en la plataforma digital “la alegría de vivir sin adicciones” que surgió tras la publicación del libro “La Alegría de Vivir: un viaje de las tinieblas a la luz” y en la columna semanal del mismo nombre en el impreso de Milenio Puebla, además de que hoy lo lanzamos a través de este nuevo espacio que tiene el mismo objetivo de informar y prevenir sobre esta enfermedad.
Sabemos que el reto parece increíble justo en esta época donde se dispara el consumo de alcohol y drogas y que está cargado de mucha emocionalidad positiva y negativa para los seres humanos que celebramos la Navidad y cerramos un año para dar inicio a uno nuevo.
Es justo por lo que hemos atestiguado en tantos años de estar en contacto con las adicciones y de observar cómo éstas cambian el rumbo de las festividades, haciéndolas estresantes e incluso en ocasiones fatales para quienes viven alrededor de la enfermedad y para quienes la padecen, que por insólito que parezca decidimos guiar a quienes asuman el desafío para tratar de lograr la armonía y la paz con una temporada de abstinencia de la sustancia o la conducta adictiva.
Finalmente esta propuesta no le hace daño a nadie y al contrario, puede ser el inicio de un cambio de vida y una resignificacion de las fiestas para quienes están en dependencia o adicción o, un buen periodo de desintoxicación para quienes no han desarrollado aún la fase crónica y están en etapa de abuso ya con focos rojos de los problemas que pueden estar por llegar.
Para nuestros nuevos lectores demos contexto al definir que la adicción es una enfermedad que debe dejar de ser estigmatizada, que no es un mal hábito, un pecado, una conducta antisocial, un delito o algo inmoral.
De todas las definiciones que existen la que usamos para comunicarlo es la de la asociación americana de psiquiatría que dice que la adicción es una enfermedad primaria del cerebro, crónica, incurable pero tratable, progresiva, que se caracteriza por el deseo imperioso de seguir consumiendo una sustancia tóxica (o realizando una conducta tóxica) a pesar de todos los problemas que el hacerlo está causando al individuo y a su entorno.
Dentro de las características principales se encuentran la pérdida de control sobre el consumo, negación, deseo de dominarlo con diferentes métodos sin la intención de dejarlo de manera definitiva, períodos sin uso seguidos de una mayor ingesta, intentos infructuosos por someterlo como juramentos, cambios de hábitos y otros métodos extraordinarios sin éxito, tolerancia (entendida como la necesidad de dosis mayores para lograr el mismo efecto) y, abstinencia como el grupo de síntomas usualmente dolorosos o negativos al interrumpir de manera abrupta su empleo.
Las consecuencias suelen ser tangibles o intangibles, físicas, mentales, orgánicas, emocionales, familiares, sociales y otras como pérdida de trabajo o suspensión de estudios, problemas legales, económicos, enfermedades paralelas, accidentes, pleitos y llegar incluso a fatalidades.
Desafortunadamente las estadísticas y la nota roja dan cuenta de que en las fiestas decembrinas estos factores crecen, aunados de los ambientes sombríos y melancólicos de quienes no encuentran en estas fechas motivos de celebración por las causas que sean, así como de quienes ya están atrapados de las garras de la enfermedad y que hacen que la temporada sea lo contrario a lo que se esperaría de armonía y paz, en ocasiones resultando en verdaderas pesadillas y tragedias.
Paradójicamente en esta época también hay mucha recaída, los grupos, centros y clínicas de rehabilitación lucen más vacíos que en el resto del año y quienes sobreviven llegarán a enero pidiendo ayuda, en ocasiones ya de manera tardía.
Es por ello que el desafío unas celebraciones en abstinencia y saludables, aunque quizás no sea una convocatoria muy popular, si puede ser de gran utilidad y hacer la diferencia este diciembre y enero próximos.
Y para que vayan practicando cómo lograr la abstinencia, la cual no es fácil en abuso o dependencia, unos pequeños tips que bien valdría la pena experimentar en caso de que haya dudas de tener esta enfermedad.
Pedir ayuda profesional y orientación con algún especialista en adicciones, asistir a un grupo oficial de recuperación anónima de 12 pasos, evitar ambientes de riesgo para el consumo, cambiar de hábitos, evitar el primer consumo a toda costa (el primero es el que arrolla, los demás solo pasan encima de la víctima),aplicar el plan de las 24 horas o el solo por hoy de los grupos anónimos y sobre todo, darse la oportunidad de investigar si ya se desarrolló la enfermedad o no.
Iniciar ahora puede ser la diferencia.