El
Sevilla de
García Pimienta de momento no parece marchar en la dirección correcta. Dos amistosos y dos decepciones. La primera ante un equipo desconocido, los piratas de
Orlando, un equipo sudafricano que bailó a las primeras de cambio al nuevo proyecto del
Sevilla. 0-2 en la misma ciudad deportiva, a puerta cerrada pero con las cámaras de televisión como testigo. A la vista de todo el mundo. El segundo, este martes en Faro ante el Sporting de Portugal, un equipo que, ya ante un once con más titulares en el campo (Saúl incluido), tampoco encontró dificultades para sacarle los colores a la defensa nervionense (2-1).
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