La competición es el mejor laboratorio para que las grandes marcas prueben y desarrollen tecnología clave para la evolución de la movilidad. Y el
Dakar, la carrera más dura del mundo, es uno de los ejemplos más claros. Desde hace tres años, desde el
Rally de Marruecos 2021,
Isidre Esteve, junto al Repsol Technology Lab y los ingenieros de
Toyota, está ayudando con la competición en el desarrollo de combustible renovable hecho mediante residuos orgánicos que pueden estar en el día a día de cualquiera. Y ahí llega la sorpresa: la producción de cerveza o vino puede ser clave en ello.
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