Un nuevo
escándalo ha sacudido el mundo de las
prisiones. Esta vez, en la cárcel privada de
Five Wells, situada en
Wellingborough, Northamptonshire (Reino Unido), donde una trabajadora del centro ha sido suspendida después de que
se filtrara un vídeo en el que aparecía
manteniendo relaciones sexuales en una celda con un recluso.
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