Los
Lakers son una calamidad y, anoche, también una parodia. Los de púrpura y oro, víctimas de la dura realidad de su defectuoso roster, cayeron y con claridad en la pista de unos Dallas Mavericks sin
Luka Doncic ni
Kyrie Irving (118-97) pese a un
LeBron James con 18 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias y los 21 tantos y 12 capturas de
Anthony Davis. Añadiendo un tono sarcástico a la derrota de los Lakers, el que maniató al conjunto angelino no fue
Klay Thompson -sólo 13 tantos-, sino un ex como
Spencer Dinwiddie. El sorprendente Quentin Grimes fue el máximo anotador de los de Texas con 23 puntos pero el base marcó el paso con 19 tantos y 8 asistencias para acabar desquiciando a unos Lakers que le acabaron mandando defensas dobles.
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