Después de
los problemas y posteriores abandonos de Sébastien Loeb y Carlos Sainz, entre muchos otros, por los daños en el arco de seguridad de sus respectivos coches, Nasser
Al-Attiyah se quedaba solo como gran nombre de los favoritos al Dakar ante el resto de aspirantes. Y esta vez,
en la etapa 4, en el inicio de la etapa maratón, la mala suerte golpeó a un Nasser que parecía tocado por una varita mágica en este inicio tan complicado de
Dakar en el que había logrado escabullirse de los contratiempos y las trampas del terreno.
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