Quienes conviven en el día a día con
Zaccharie Risacher, último número 1 del draft, dicen que es un perfeccionista en todo, algo que el alero de los
Atlanta Hawks nacido en
Málaga aplica también a su manera de expresarse. Una ética de trabajo que tiene también encandilado a su exigente técnico
Quin Snyder, quien destaca por encima de todo la pasión de su joven pupilo.
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