No parecía la noche de
Marc Casadó cuando perdió la pelota -en posible falta- en la jugada que precedió al primer gol del Real Madrid en la final de Jeddah. El partido acaba de empezar. Pero el joven mediocentro ‘culé’ se repuso y gracias a otra exhibición confirmó nuevamente con su fútbol por qué es
pieza clave del engranaje que dirige Hansi Flick. Dio fluidez al juego del Barça y fue clave para apuntillar al rival con
su magistral pase de gol a Raphinha. El canterano podía haberse venido abajo, pero eso no ocurrió.
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