Hace ya meses que el
Santos, club en el que se formó
Neymar,
anda detrás del fichaje de su hijo pródigo. La posibilidad cada vez menos remota de que ponga fin a su fracasada aventura saudí, es un motivo de esperanza para el club brasileño, que de inicio aceptaría tenerle seis meses. Aunque el club brasileño sabe que la empresa es complicada, pretende, además, retenerle más tiempo.
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