El encuentro de cuartos de final de la Copa del Rey que jugará el Barça en Valencia será a las 21.30h de un jueves, día laborable, igual que el último Madrid-Celta copero. Es un horario indecente. A partido único. Eso supone que es posible que exista prórroga y penaltis y que el equipo visitante, en este caso el FC Barcelona, como cualquiera que juegue a esa hora de un jueves laborable pueda llegar a altas horas de la madrugada a su casa, teniendo que jugar otra vez el domingo. Se supone que el horario se coloca a esa hora por las televisiones. De hecho, TVE tiene la preferencia para elegir partido. Había una teoría que defendía que las teles preferían un horario más tardío que el de las 20.00h porque así cubrían el ‘prime time’ con el encuentro y no debían forzar otro programa para las horas más vistas. Hoy todo ha variado. Al final, los espectadores ven la televisión cuando lo eligen, pero un partido de fútbol no es un programa. Es un espectáculo en directo que pierde fuerza en diferido. Se podría ir más allá en los horarios en fin de semana, pero en un día laborable suena a eso: indecente.