El sur de Francia es hogar de algunos de los pueblos más encantadores y llenos de historia de Europa. Entre colinas, calles empedradas y paisajes naturales impresionantes, se esconden lugares que parecen sacados de un cuento. De la tranquila
Èze con sus vistas al Mediterráneo, a la artística
Saint-Paul-de-Vence, pasando por el colorido
Roussillon, estos tres pueblos ofrecen una experiencia única para los viajeros que buscan belleza, cultura y tradición en cada rincón.
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