El pasado fin de semana, los
Bills consiguieron acabar con los
Ravens gracias a un error garrafal de
Mark Andrews. Este domingo, ante Kansas City, a los de Buffalo les ha salido cruz. Tras un intenso toma y daca con los vigentes campeones, los
Bills tenían en su mano doblegar a su bestia negra y lograr así el billete para la
Super Bowl. Para ello necesitaban convertir en touchdown el último drive del encuentro. O como mínimo llegar a field goal range para intentar forzar la prórroga con una patada.
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