Al término de un exigente encuentro en
Villa Park, saldado a duras penas con un empate frente al
West Ham United (1-1), un Unai
Emery contrariado expuso sin esconderse los problemas actuales del Aston Villa para mantener la regularidad, en el año en que el club de Birmingham celebra su 150º aniversario. “No nos sentimos fuertes, ni teníamos las piernas frescas para recuperarnos y dominar, para intentar marcar”, apuntó el técnico de Hondarribia sobre el bajón de intensidad de sus jugadores. La resaca de la Champions League volvió a golpear por sexta vez a ese Villa emergente, que este año trata de sobrellevar el esfuerzo que le representa competir en el máximo torneo continental.
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