El
Barça no pudo ganar el partido (2-2) pero hizo los deberes ante un rival incómodo. Los de
Flick mantuvieron el privilegiado segundo puesto pero desaprovecharon la oportunidad de tener el honor de ser el equipo líder de la primera nueva Liga Europea. En toda la historia de competiciones continentales, el Atalanta jamás había visitado Barcelona y, visto lo visto ayer, mejor que hayan tardado tanto. Ahora Balde ya sabe quién es
Gasperini, un entrenador que convierte cualquier partido en incómodo para los rivales. El Barça, jugando en casa, no tuvo jamás el control del encuentro.
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