El
Girona volvió a la senda de la victoria en
Montilivi, pero lo hizo con más tensión de la esperada. El equipo de
Míchel necesitaba romper la mala racha y sumar tres puntos para recuperar terreno en la lucha por
Europa, pero el miedo a otra remontada sobrevoló el ambiente. En la segunda mitad, el equipo mostró signos de ansiedad, como si la necesidad de ganar pesara demasiado.
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