‘Incidente técnico’ en vuelo hacia Chile deja 12 hospitalizados en Nueva Zelanda
El incidente ocurrió debido a la pérdida de altitud del avión mientras sobrevolaba el mar de Tasmania.
Wellington. Doce pasajeros de un vuelo de la compañía Latam, proveniente de Sídney, fueron hospitalizados este lunes en Nueva Zelanda. El incidente se suscitó cuando la aeronave, con destino a Chile vía Auckland, experimentó un problema técnico, ocasionando una sacudida intensa que arrojó a las personas hacia el techo.
Los servicios de emergencia neozelandeses informaron que al menos un pasajero se encuentra en estado grave. La cifra inicial de 13 hospitalizados fue corregida a 12 después de una revisión.
Según los testimonios de los pasajeros proporcionados a la prensa local, el Boeing 787 Dreamliner de la aerolínea perdió altitud de manera abrupta mientras sobrevolaba el mar de Tasmania entre Australia y Nueva Zelanda. Esto resultó en que aquellos que no llevaban puesto el cinturón de seguridad fueran impulsados hacia el techo de la aeronave.
“La gente salió volando porque no llevaban sus cinturones”, declaró un pasajero a la radio pública RNZ. “Algunas personas quedaron bastante heridas. La gente tuvo realmente miedo”, agregó este hombre con voz temblorosa.
El vuelo LA800 experimentó “un incidente técnico durante el viaje que provocó un fuerte movimiento”, según informó un portavoz de la compañía Latam, con sede en Chile, sin proporcionar más detalles.
La aeronave, con destino a Santiago, aterrizó “como estaba previsto en el aeropuerto de Auckland”, según el mismo portavoz. Este lamentó profundamente “las molestias causadas por esta situación”.
Los servicios de rescate recibieron la alerta alrededor de las 4:00 p. m. hora local cuando el avión iniciaba su descenso hacia el aeropuerto de Auckland, la mayor ciudad de Nueva Zelanda.
Para atender a los heridos, una decena de ambulancias y otros vehículos médicos fueron desplegados.
“Nuestros equipos de ambulancia evaluaron el estado de unos 50 pacientes, uno de los cuales se encontraba en estado grave”, informó Gerard Campbell, de los servicios de emergencias del St John, a esta agencia.
“Doce pacientes fueron trasladados al hospital”, añadió, corrigiendo su declaración anterior que mencionaba a 13 heridos. De estos, al menos tres formaban parte de la tripulación.
‘Como El exorcista’
Brian Jokat, quien se encontraba a bordo del vuelo, relató que presenció a otro pasajero golpear el techo del avión antes de caer y fracturarse las costillas contra un apoyabrazos.
“Estaba contra el techo del avión, de espaldas, con la cabeza hacia mí, mirándome. Fue como ‘El exorcista’”, compartió Jokat con RNZ, haciendo referencia a una icónica escena de la película de terror de 1973 dirigida por William Friedkin.
Jokat añadió que, una vez que la aeronave aterrizó, el piloto se dirigió a la parte trasera del aparato. “Le pregunté ‘¿qué pasó?’ y me respondió ‘perdí brevemente mi instrumentación y luego regresó de repente’”.
En videos difundidos en la página de NZ Herald, se observa a varios tripulantes y pasajeros atendiendo a una mujer herida en el suelo del avión, mientras se escucha un mensaje por los altavoces solicitando la presencia de un médico a bordo.
Este incidente ocurre dos meses después de que otro modelo del fabricante estadounidense Boeing experimentara un problema. A principios de enero, una puerta de un Boeing 737 MAX 9 de la compañía Alaska Airlines se desprendió poco después del despegue, causando varios heridos leves.
En Santiago, la Dirección General de Aeronáutica Civil chilena (DGAC) informó que el incidente “será investigado por la Comisión de Investigación de Accidentes de Nueva Zelanda”.
Chile, a su vez, “nombrará un representante acreditado en ese país para participar en la investigación”, según expresó la institución en un breve comunicado.
Cabe destacar que los 737 MAX del fabricante estadounidense fueron inmovilizados durante casi dos años tras dos accidentes de su flotilla: el primero, a finales de 2018, de la compañía indonesia Lion Air; y el segundo, a principios de 2019, de la empresa etíope Ethiopian Airlines, en los cuales perdieron la vida más de 350 personas.
En ambos casos, un problema vinculado a un nuevo programa estaba en el origen de los accidentes.