Científicos japoneses crean piel para robots con células humanas vivas
Científicos de la Universidad de Tokio desarrollaron una piel compuesta por células humanas vivas para robots, permitiendo regeneración y expresiones faciales naturales. Publicado en Cell.
Un equipo de científicos desarrolló una piel compuesta por células humanas vivas para avanzar en la creación de robots con una apariencia más humana.
Esta innovadora piel fue creada en un laboratorio de la Universidad de Tokio, Japón, utilizando células dérmicas humanas cultivadas sobre una matriz de colágeno y dispuestas sobre una base de resina fabricada mediante impresión 3D.
Los detalles de este proyecto fueron publicados en la revista científica Cell el pasado martes 25 de junio. El objetivo principal de esta tecnología es permitir que la piel de los robots pueda regenerarse por sí misma.
Los investigadores aplicaron esta piel cultivada en laboratorio a una cara de robot básica y pequeña capaz de realizar expresiones faciales, como sonreír, demostrando así que el tejido puede recuperarse por sí solo.
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El proceso de fabricación de la piel involucró primero el cultivo de células dérmicas, seguido por la adición de células epidérmicas en la capa superior para completar la estructura.
Para fijar la piel a la cara del robot, se empleó un método de anclaje que perfora la base de resina, creando pequeñas cavidades que el tejido puede llenar, simulando así los ligamentos flexibles y fuertes presentes en la piel humana y animal.
Aunque la piel desarrollada en laboratorio aún no reproduce completamente las características de la piel humana natural, este avance tiene implicaciones significativas, especialmente en la industria cosmética.
Además, durante un experimento en el que el robot fue programado para sonreír durante un mes, los científicos observaron que el tejido replicaba de manera precisa las arrugas de expresión en la piel.
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A pesar de estos logros científicos, los expertos advierten que podrían pasar varios años antes de que esta tecnología de piel viva pueda implementarse ampliamente en robots, posiblemente convirtiéndose en una realidad hacia la próxima década.
