Rosaura lleva 14 años preparándose para su trasplante de hígado
Rosaura Núñez Vargas está por cumplir 53 años este mes de agosto. Lleva los últimos 14 años preparándose para cuando llegue el momento de su trasplante de hígado luego de que su vida, tan normal como la de muchísimos otros, dio un giro radical en el 2009.
Aquel año, esta contadora de profesión dividía sus días entre las carreras de un trabajo demandante, el coro de la iglesia y una de sus pasiones, jugar voleibol. Pero la muerte de su mamá la sumió en una profunda depresión. Para tratar este trastorno, por indicación médica tomó medicamentos cuya interacción le dañó irreversiblemente el hígado.
15 años después de ese hecho que marcó su vida, Rosaura espera el momento de ser llamada para trasplante. Su fe es no pasar muchos años en la espera angustiante que viven otros pacientes, muchos de los cuales se complican o mueren mientras pasan los días sin la llamada del hospital.
Un informe de la Auditoría Interna de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), de junio de este año, advierte que el tiempo de espera en Costa Rica para un trasplante hepático es, en promedio, de 930,7 días; incluso, 1.000. Lo atribuye a la debilidad del sistema de donación de órganos de la entidad.
“Soy uno en un millón”, comenta Rosaura, refiriéndose a la remota posibilidad de desarrollar hepatitis medicamentosa, la enfermedad que ahora la tiene en espera de cirugía.
Todo sucedió en cuestión de un mes desde que le cambiaron el medicamento hasta que su cuerpo mostró signos de alerta: su piel se volvió amarilla, la esclerótica de sus ojos cambió de color y los vómitos frecuentes la debilitaban, pasando de pesar 71 kilos a 36 kilos.
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El 2009 será inolvidable. Después de meses de exámenes para detectar la causa de un cambio tan drástico en su salud, se confirmó la falla hepática en el 2010. A partir de entonces, fue cuando Rosaura comenzó a escuchar a sus médicos referirse a que algún día necesitaría un nuevo hígado.
Rosaura hoy vive con su marido, Jorge Luis Agüero Rojas, con quien se casó en el 2017. Está pensionada por invalidez hace 14 años, pero esto no le quita el impulso para seguir en el coro de la iglesia de su comunidad y pensando en nuevos proyectos, como aprender a coser.
“Ha habido muchos momentos de llorar. Mi salud era muy normal y siempre había sido una persona muy activa”, comenta. Para contrastar con su situación actual, Rosaura cuenta que su hemoglobina llegó a 3,7 (lo normal, en mujeres, ronda 12) en uno de sus primeros internamientos en el Hospital México, en donde es atendida por el equipo de trasplante hepático.
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En su nueva condición de salud, su hígado apenas le funciona un 50%, tiene varias várices esofágicas y problemas vasculares que la obligan, todos los días, a curar pequeñas úlceras en la piel causadas por un linfedema en sus piernas (acumulación de líquido linfático en los tejidos).
Para mantenerse estable, toma siete pastillas distintas en la mañana y un número similar al final del día, sin faltar puntualmente a su tratamiento para mantener controlada el asma que padece desde pequeña. “Me debo cuidar para mi trasplante”, afirma.
Este mes de agosto, Rosaura Núñez tiene programadas varias citas médicas, como todos los meses. Una de esas consultas marcará el inicio de la ruta final hacia su trasplante de hígado.
En los próximos días, aguarda una nueva visita del equipo de Trabajo Social para verificar que las condiciones de su casa, en Jardines de Santa Lucía de Barva, en Heredia, cumplen los requisitos necesarios que le garantizarán un mayor porcentaje de éxito cuando la cirugía se realice. Anhela que sea pronto y no tener que esperar años para aspirar a una nueva vida.
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Mientras esa fecha llega, Rosaura Núñez agradece al equipo del Centro de Trasplante Hepatobiliar del Hospital México, porque su atención es la que le ha permitido mantener una condición estable hasta ahora.
Ella confía en que, cuando suceda la operación, ese mismo equipo le permitirá dar otro giro en su calidad de vida. La confianza se la da la fe y una espiritualidad robusta que son las que la han sostenido en los momentos más duros de esta travesía por su salud.