Municipalidad de San Ramón pide ayuda a Salud para cerrar ‘clínica’ de ayahuasca
Las ‘clínicas’ que ofrecen riesgosas terapias con ayahuasca e iboga para dejar las drogas, parecieran estar en ventaja frente a las instituciones estatales, pues se instalan en grandes fincas cerradas, sin acceso al público, donde poco se puede hacer para impedirles operar.
Ese es el caso de New Life Ayahuasca, un centro de retiros ubicado en Piedades de San Ramón, en Alajuela, según reconoció María Gabriela Jiménez, alcaldesa de ese cantón alajuelense, durante una entrevista realizada este miércoles 28 de agosto.
La ayahuasca e iboga son sustancias psicodélicas que, según los especialistas, pueden provocar vómito severo, graves cuadros de deshidratación, daños renales, arritmias y hasta la muerte.
Ante estas circunstancias, dijo la jerarca, solo el Ministerio de Salud tiene la competencia para actuar y poner un límite.
Jiménez aseguró que enviaron varios oficios a ese ministerio solicitando ayuda para intervenir el sitio y cerrarlo. Sin embargo, no han obtenido respuesta. “Esto es competencia del Ministerio de Salud, porque este es un problema de salud pública”, enfatizó.
Además, la alcaldesa afirmó que realizó una consulta al Departamento Jurídico para determinar si el ayuntamiento puede clausurar ese lugar.
El domingo pasado, La Nación publicó que en el país operan, al menos, seis centros que suministran ayahuasca e iboga como una alternativa para superar las adicciones, ninguno de esos lugares cuenta con aval del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).
Con respecto a New Life Ayahuasca, la alcaldesa confirmó que no tiene patente municipal. Además, señaló que el lunes pasado, luego de leer la publicación periodística, un regidor presentó una moción ante el Concejo Municipal para que inspectores municipales visitaran el lugar y emitieran un reporte. Los inspectores pudieron hacer poco, ya que los encargados del lugar ni siquiera los atendieron.
Jiménez concluyó que están preocupados porque San Ramón ha experimentado en los últimos años, un aumento en el consumo de drogas. También porque identificaron que el cantón se está convirtiendo en anfitrión informal de retiros que ofrecen ayahuasca e iboga de forma clandestina.
“Algunas de las actividades se anunciaban en redes sociales, pero después de las denuncias de La Nación han retirado la información”, comentó.
Este miércoles se le envió un correo a New Life Ayahuasca con varias consultas, pero hasta el cierre de esta publicación no han contestado. En las últimas horas, el lugar decidió inhabilitar su sitio web.
Muertes por Iboga
En abril del 2014, una noruega de 41 años falleció en el Gabón House Center, ubicado en Cañas Dulces de Liberia, por ingerir ibogaína, un alcaloide extraído de la iboga, planta originaria de Gabón y el Congo, en África, que las tribus nativas utilizan en sus rituales sagrados. La mujer se encontraba en ese lugar para tratar su adicción a las drogas.
Además, el pasado 5 de agosto, una estadounidense de apellido Levis falleció, según el reporte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en un establecimiento ubicado en Paquera, Puntarenas, que ofrece terapias con iboga. Al parecer, la mujer sufrió un paro cardíaco luego de consumir iboga en Soul Iboga Retreats. El deceso está bajo investigación.
La ayahuasca, entretanto, proviene de la Amazonía y contiene el alucinógeno dimetiltriptamina (DMT), una droga que, según el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, es ilegal en el país.
La iboga no está en la lista de psicotrópicos sometidos a fiscalización internacional, pero aparece en la lista I de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), lo cual significa que no tiene autorización para uso médico, carece de seguridad y posee alto potencial de abuso.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería aclaró, a través del departamento de prensa, que no existe ninguna norma sanitaria para la iboga y la ayahuasca en el país. Por lo tanto, cualquier ingreso de ese tipo de planta o sus derivados es ilegal.
Ayahuasca: ¿qué es y cuáles efectos tiene?
Este tipo de terapias, de acuerdo con la información en línea, se vende entre $3.500 y $6.000 (¢1,8 millones y ¢3,3 millones) por persona e incluyen lujosas habitaciones en playas y montañas, una cantidad de “viajes” psicodélicos, sesiones de introspección y duchas espirituales, que son, según la información promocional, baños en ríos “para liberar lo que ya no nos sirve”.
Desde julio se le consultó al Ministerio de Salud si las ‘clínicas’ que ofrecen ayahuasca e iboga para dejar las drogas tienen permiso de funcionamiento, pero la entidad no ha contestado aún.