¿Qué hacemos por la próxima generación?
Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra, afirma que los jóvenes profesionales deben enfrentar los retos de construir sistemas económicos equitativos, no únicamente centrarse en una sociedad de mercado. Carney pone como primera prioridad, en la formación educativa, los principios fundamentales: una sociedad de valores, que constituye la base de una sociedad equitativa. Sostiene que esos valores son la solidaridad, la equidad, la responsabilidad, la capacidad de enfrentar contrariedades, el dinamismo y la humildad.
Dentro del programa de formación del carácter de la Universidad de Oxford, se propone el ejercicio de las virtudes. Este pensamiento coincide con el de Platón, Aristóteles y Confucio, quienes consideraban que el carácter es fundamental en un buen líder. Así lo confirman también estudios académicos sobre liderazgo.
¿Cómo formar a las nuevas generaciones al servicio de la política y la sociedad? Según el programa, es necesario integrar moral e intelectualmente a los líderes del mañana. Aunque pudiera parecer que una universidad de tal prestigio no necesita formar más a sus alumnos, no es así. Existen muchas iniciativas adicionales para alcanzar este objetivo.
El programa de Oxford, de una de las mejores universidades del Reino Unido y del mundo, tiene una duración de un año y se ofrece al final de los estudios, con un fuerte énfasis en el liderazgo. Pretende, mediante un enfoque vital hacia la filosofía, la lectura de los clásicos y la teología, mejorar la calidad de sus estudiantes. Durante el último año, estos son preparados para asumir el liderazgo global.
Los estudiantes reciben también conferencias y charlas impartidas por personas de renombre, todo esto como parte del Oxford Character Project. Ya han participado 800 alumnos, quienes forman pequeños círculos de trabajo y avanzan en el estudio de diferentes autores clásicos.
En el primer seminario surgieron ideas sobre cuáles deberían ser las virtudes esenciales del político de hoy. La respuesta fue humildad, gratitud, compromiso y vocación de servicio. En otro curso, se analizaron las características del líder moderno.
Estas ideas me llevan a preguntarme cuál es el programa que debemos impulsar para formar líderes y qué experiencias tenemos. Hay iniciativas valiosas e interesantes en muchos países, pero es evidente que las propuestas concretas van en la misma dirección que las de Oxford.
La sociedad necesita líderes que hablen de honestidad, respeto por la vida, combate a la pobreza y, principalmente, de la lucha contra la violencia, elemento clave para el futuro.
La Universidad de Hong Kong, citada por el director del programa sobre Carácter y Liderazgo de Oxford, afirma que su compromiso es “formar y promover a jóvenes talentosos, líderes del futuro, haciéndolos capaces de afrontar los grandes retos de un mundo que cambia rápidamente”, especialmente cuando, a escala global, ha decaído la confianza en quienes dirigen los destinos de la ciudadanía.
En el 2020, de acuerdo con el Barómetro Edelman, el 66 % de los participantes en su encuesta global indicó que no confiaban en los líderes y en su capacidad para afrontar con éxito los desafíos de sus países.
Derek Bok, presidente emérito de la Universidad de Harvard, opina que los universitarios recién graduados, cuando se encuentran en un buen ambiente, consiguen oportunidades excepcionales para descubrir, esclarecer y aplicar los valores.
Es necesario un liderazgo basado en valores para recobrar la confianza y facilitar la acción colectiva.
José Joaquín Chaverri Sievert es diplomático y fue embajador de Costa Rica en Alemania durante varios períodos.