' Se acabó la temporada. Es una frase seca, dura, que siempre suena mal. Pero cuando la pronuncias en el mes de diciembre, se convierte en especialmente cruel y despiadada, especialmente si eres un auténtico apasionado de la nieve.
La voy repitiendo de vez en cuando, como si no fuera conmigo. Y es que, como pasa con otro tipo de adicciones, el primer paso es la negación. Todo ha ido bastante rápido y estoy en el proceso de asimilar lo que me viene encima por culpa de una lesión que arrastro desde hace casi tres años y que este año, a pesar de que iba muy bien preparado, ha dicho que hasta aquí podíamos llegar.
Todavía no he vaciado la taquilla
Toca pasar por boxes tras los primeros compases de la temporada y cambiar los esquís por unas muletas. Si sirve para poner fin a los problemas de...'