'Religión y nieve siempre han estado ligados de alguna manera. Décadas atrás, cuando apenas existían remontes y el esquí era más un demostración de valor, antes de hacer la larga excursión a las montañas los esquiadores solían acudir a una misa matinal, de madrugada. Aunque son tradiciones totalmente perdidas, en Italia alguien pensó que "si los aficionados no van a la iglesia, será la iglesia la que va a los aficionados".
Y dicho y hecho, hace cuatro años el párroco de Courmayeur, Don Gregorio Mrowczynski, gran deportista y apasionado del esquí, decidió celebrar la Santa Misa directamente en las pistas de esquí de Courmayeur, pensada no sólo para los turistas sino también para quienes trabajan en la zona, como operadores de remontes e instructores de esquí. Aunque durante estos años, solo...'