'Aparentemente lo que vimos aquel 3 de febrero de 2005 en la Stelvio de Bormio 2005 es a un Bode Miller en otra de sus ocurrencias. Pero mientras la mayoría reían la gracia del norteamericano, los hay que se dieron cuenta que estaban ante uno de los mejores corredores de la historia. Un tipo con una dotes especiales para el equilibrio y la resistencia, que sin duda le habían llevado a ganar ya 21 carreras en la Copa del Mundo y una medalla de oro unos días antes en el Super-G de aquellos Mundiales de Bormio 2005.
Apenas había entrado el cronómetro en el segundo 16 de la carrera, cuando Bode Miller perdió uno de sus esquís tras una mala recepción al saltar la 'Gran Rocca'. Cualquier corredor en esa situación hubiera caido de inmediato. Sin embargo el norteamericano no solo logró mantenerse ...'