Sanidad corrige la mitad del contrato de 2.578 millones tras dos meses de retraso
El equipo que dirige Salvador Illa modifica el 45% del acuerdo para el suministro de material. Un proceso que se esperaba tener cerrado para la segundo ola de la pandemia
La historia de la compra centralizada de material sanitario por parte del Ministerio Sanidad no ha salido como se pretendía. El pasado 30 de noviembre, el equipo que dirige Salvador Illa cerró el listado de proveedores para el suministro de 2.578 millones euros para casi 3.700 millones de unidades de productos destinados a proteger a los sanitarios de las comunidades y profesionales de algunos ministerios. Un proceso que se esperaba tener listo para afrontar la segunda ola, que estimaban en octubre y, una semana después de cerrar los proveedores, se ha modificado la mitad del contrato.
"Se han detectado una serie de errores materiales en la resolución de adjudicación de los lotes 5, 6, 7, 8 y 9 del Acuerdo Marco, de Suministro de material sanitario para hacer frente a la covid 19", explica Sanidad en un comunicado al Portal de Contratación del Sector Público, solo una semana después de cerrar la lista de los proveedores de esta compra centralizada. Es decir, reconoce cambios en un 45% de los 11 lotes en los que había dividido esta compra.
Desde el Ministerio han tenido que modificar las candidaturas que ha presentado Biomédica División Hospitalaria. En un primer momento, Sanidad detallaba que solo había presentado candidatura tanto para gafas como para mascarillas FFP2 y la realidad es que optaba también a guantes y mascarillas quirúrgicas. El resto de cambios son modificaciones por "incongruencia" en la información de algún proveedor elegido, exclusión de algún producto y errores en la descripción de algunas mascarillas.
Vozpópuli ha intentado, sin éxito, conocer si se sigue revisando el resto del anuncio realizado el pasado 30 de noviembre y si estos proveedores ya están disponibles para la compra de todas las comunidades, a excepción de la Comunidad Valenciana que decidió no acudir a este suministro centralizado. También estos elegidos serán las empresas que vendan material sanitario a los profesionales del propio Ministerio de Sanidad, Defensa e Interior.
Con esta adjudicación, y sus correspondientes correcciones, el Ministerio de Sanidad da por resuelta la totalidad del 'megacontrato' sanitario. Se trata de un acuerdo marco que ofreció a los diferentes órganos de la Administración para que adquiriesen material frente a esta segunda ola. El objetivo inicial era cerrarlo el pasado mes de agosto, prepararlo para la segunda ola que estimaban antes de octubre, pero no se ha logrado hasta finales de noviembre.
Una compra problemática
El esperado anuncio se ha dividido en dos capítulos. Sanidad adjudicó el pasado día 11 de noviembre la mitad de este gran contrato, el equivalente a los lotes de batas, test moleculares y kits de extracción. La otra mitad -mascarillas, guantes y gafas- no se resolvió hasta el 30 de noviembre, con la segunda ola del coronavirus ya instalada en España y con la amenaza de saturación sobrevolando los hospitales. El Gobierno culpa de este retraso a las comunidades autónomas.
En este sentido, en el Congreso, Ciudadanos preguntó al Gobierno por los motivos que justifican el retraso en la gran licitación; y el Ejecutivo, en respuesta escrita, culpó a las regiones de no sumarse al acuerdo en los plazos establecidos. Retrasos que, según el Gobierno, Sanidad aprovechó para rehacer los pliegos de condiciones.
Sanidad no sólo ha sido crítico con la diversidad de las 17 comunidades, sino que en las últimas semanas ha solicitado un papel más protagonista de Bruselas. “La Unión Europea debe potenciar mecanismos para realizar compras centralizadas”, reclamó Francisco Valero, coordinador de la Unidad de Estrategias de Aprovisionamiento del Sistema Nacional de Salud (organismo perteneciente al Ministerio de Sanidad), en un evento a finales de noviembre al que asistió este medio.
"Esta crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de reforzar estructuras europeas de decisión común, con el fin de poder dar una rápida respuesta coordinada en relación a las intervenciones necesarias en el marco de la salud pública", defendía. El representante de Sanidad reiteraba que un sistema centralizado europeo haría que los países fueran "más eficientes en épocas de normalidad y disponer de mayor capacidad para las crisis venideras". Una alternativa también para evitar 'el caos' con sus comunidades.