Los vinos de Madrid despiertan de su letargo: todas las claves de su éxito
Madrid está de moda y, con ella, sus vinos. Más pujantes que nunca, la denominación de origen se creó en 1990, fecha que marcaría el tímido inicio de la recuperación de unos vinos durante largo tiempo olvidados. Actualmente, y a pesar de la pandemia, en el último año Vinos de Madrid ha cerrado 2021 con el mejor dato histórico de los últimos tres lustros: un aumento del 24% en ventas respecto al año anterior.
En su momento fueron algunas bodegas pioneras las que comenzaron la meritoria labor. Entre ellas Jeromín, Cinco Leguas (Bernabeleva), Licinia, Tagonius o como Jesús Díaz e Hijos, la primera inscrita en la D.O. Ellos, junto a otros que llegaron después, han subido el listón de la calidad y cada vez se elabora mejor. No se trata de hacer mucho vino ya que sólo están inscritas unas 8.900 hectáreas- de 12.000 cultivadas-, sino de buscar la calidad.
Si nos remontamos en el tiempo, Madrid tiene una larga historia detrás. Algunos apuestan por la implantación de viñas en la zona ya con los romanos, aunque los primeros documentos hallados nos remiten al siglo XII. En cualquier caso, fue un comercio boyante hasta que la filoxera arrasó las viñas en 1914. El negocio se olvidó y Valdepeñas “tomó la capital” para ser el vino que se consumía en Madrid hasta bien entrado el siglo XX. Con la creación del Consejo Regulador, las bodegas madrileñas comenzaron a salir de su letargo, se crearon nuevas firmas y hoy es una de las zonas con mayor futuro de España.
Hoy por hoy, sus 8.900 hectáreas de viñedo inscrito está dividida en cuatro subzonas: Arganda, San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero y El Molar (ésta última desde febrero de 2019). Cada una con sus peculiaridades, en ellas las uvas malvar, airén, albillo real y garnacha tinta son las más representativas y utilizadas, aunque actualmente están autorizadas un gran número de ellas, incluso foráneas como la cabernet sauvignon y la syrah.
Rutas enoturísticas
Actualmente la producción es limitada pero selecta, cada vez se elabora más y surgen nuevas iniciativas. Son 70 municipios en total que cuentan con distintas rutas, propuestas culturales, gastronómicas y de enoturismo.
Hemos seleccionado y catado cuatro vinos madrileños muy distintos, todos unidos por el común denominador de su calidad.
1) Marañones 2019
Bodegas Marañones/ D.O. Vinos de Madrid
PVP recomendado: 17,95 euros
La bodega, situada a los pies de la Sierra de Gredos, ha sido adquirida recientemente por Alma Carraovejas en su sexto proyecto vitivinícola. Una casa emblemática e internacionalmente reconocida -su añada 2017 obtuvo 93 puntos Parker-, localizada en San Martín de Valdeiglesias y a la que seguirá ligado su anterior propietario y fundador, José Fernando Cornejo. Estamos ante un ‘vino de paraje’, con viñedos ecológicos a 800 metros de altura- en suelos graníticos- y garnacha 100%. Posee 12 meses de crianza en roble francés sin filtrar ni clarificar. En nariz es balsámico, de toques a monte y surge todo un derroche de fruta que sigue en boca. Profundo y sedoso, mineral, con volumen y toques de astringencia, equilibrado y persistente.
2) Las Moradas de San Martín Albillo Real 2020 Eco
Bodega Las Moradas de San Martín/ D.O. Vinos de Madrid
PVP recomendado: 12,90 euros
Un blanco vegano y ecológico elaborado al 100% con la variedad albillo real, muy propia de Madrid y de gran valor enológico. Vendimia manual, nocturna y posterior selección en mesa. Los racimos se prensan enteros. Muy curioso: los mostos de algunas parcelas se elaboran al modo tradicional y otros mediante hiperoxidación, lo que da mayor entidad al vino. Fermentación natural y crianza de 8 meses (roble francés) con bâttonages cada luna llena ya que se guían por la filosofía biodinámica. Un delicioso vino complejo y cremoso con un final ligeramente salino debido a los suelos graníticos donde crecieron las cepas. Elegante amargor final y un vino muy gastronómico.
3) Manazas 2017
Bodegas Miguel Santiago/ D.O. Vinos de Madrid
PVP recomendado: 22,50 euros
Una bodega familiar enclavada en Cadalso de los Vidrios donde Miguel Santiago, viticultor de raza, elabora sus vinos con uvas de viñedos propios heredados de sus antepasados. Junto a su padre, del mismo nombre, con este vino obtuvieron una puntuación Parker en el prestigioso Wine Spectator de 94/100. Todo un lujo para Madrid con un vino elaborado con garnachas viejas de una única parcela- a 900 metros de altitud- que se crió diez meses en roble francés (barricas de 500 a 600 litros). Un vino de autor de taninos redondos, con la acidez perfecta y una muy buena estructura. La fruta, a pesar de la añada, todavía está presente. Padre e hijo coinciden en la filosofía de practicar una viticultura lo más natural posible.
4) Cuatro Monos GR- 10 2018
Cuatro Monos Viticultores/ D.O. Madrid
PVP recomendado: 12,90 euros
El proyecto surgió de la iniciativa de cuatro amigos madrileños que decidieron salvar algunas de las parcelas en estado de abandono en la zona de Gredos. Elaborado en biodinámico con garnacha (70%), cariñena (10%) y syrah el resto, fermentan la uva con el raspón y con crianza de 9 meses en barricas de roble francés usado y fudre para que la madera no deje mucha huella en el vino. Pasa 2 meses en hormigón. En nariz surgen notas especiadas y en boca es equilibrado y fresco a pesar de su ‘edad’. La bodega forma parte de la Asociación Garnachas de Gredos, que busca una nueva D.O. para dar más valor a esta variedad en la zona.
Los vinos de Madrid, injustamente tratados a lo largo de muchos años, ahora 'toman las armas' mediante el cuidado de la viña y las elaboraciones cuidadosas. De Madrid al cielo... pero también al vino.
Nota: Ninguno de los vinos mencionados se han seleccionado por motivos comerciales, su elección es una decisión únicamente de calidad y periodística. Los precios son meramente orientativos.