El autogolpe de Pedro Sánchez y la inane política 'tiquitaca' de la oposición
Salvo despecho conyugal sobre el que mejor correr un tupido velo o chantaje de terceros, lo que obligaría a descorrerlo, si alguien proclama a moco tendido en una gimoteada epístola que está resuelto a abandonar su cargo por el amor de una mujer, va y lo hace, como se han conducido reyes y ministros desde época inmemorial; si deja en suspenso su decisión, ya no es amor, sino cálculo político de quien, fingiendo locura de amor, le da tres cuartos al pregonero para tornar impúdicamente un asunto de su estricta intimidad en cuestión de Estado. Siendo frío como un témpano y calculador c ...