Ante presión del mercado y la oposición de los republicanos, Trump retrasa los aranceles automotrices
Cuando el presidente Donald Trump declaró esta semana en la Cámara de Representantes que los ejecutivos de los principales fabricantes de automóviles del país estaban “tan emocionados” por sus perspectivas en medio de su nuevo régimen de aranceles, no reflejaba del todo la conversación que había tenido con ellos anteriormente ese día.
Ford Motors, GM y Stellantis argumentaron en esa llamada que los nuevos aranceles del 25% que el presidente aplicó a Canadá y México a principios de esta semana podrían perjudicar a sus negocios con sede en Estados Unidos en favor de los fabricantes de automóviles extranjeros, apelando directamente a Trump por un alivio, dijeron funcionarios de la administración.
El mensaje parecía hacer efecto. Un día después, luego de que los fabricantes de automóviles hablaron nuevamente con Trump, la Casa Blanca anunció una exención de un mes de los aranceles para los automóviles que ingresan a Estados Unidos.
“El presidente está feliz de hacerlo”, dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, este miércoles, anunciando el cambio.
Por lo frecuente que Trump habla de aranceles, a menudo es persuadido de no imponerlos, especialmente si la presión proviene de titanes de la industria o del mercado, un termómetro que Trump sigue cuidadosamente.
Y mientras trabaja para realinear el comercio global utilizando su herramienta favorita, el presidente dejó claro que la amenaza de aranceles es tanto un motivador como la cosa misma.
“El presidente está abierto a escuchar sobre exenciones adicionales”, dijo Leavitt. “Siempre tiene un diálogo abierto y siempre hará lo correcto, lo que cree que es correcto para el pueblo estadounidense”.
Mientras Trump estaba dispuesto a dar a los fabricantes de automóviles un mes antes de aplicar los nuevos aranceles, no ofreció tales concesiones al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. En cambio, dijo que le comentó a Trudeau en una llamada telefónica elste miércoles que no había hecho lo suficiente para frenar el fentanilo que cruza la frontera, a pesar de la mínima cantidad que llega a EE.UU. desde su vecino del norte. Trump sugirió después de la llamada –que dijo que “terminó de una manera ‘algo’ amistosa”– que el saliente Trudeau podría estar utilizando el tema de los aranceles para “mantenerse en el poder”.
A medida que la amenazada imposición de aranceles a Canadá y México se convirtió en realidad esta semana, los principales asesores de la Casa Blanca comenzaron a recibir una ola de llamadas de líderes empresariales, particularmente en el sector automotriz, junto con legisladores republicanos que sonaban la alarma.
Funcionarios de la Casa Blanca y de la administración ofrecieron poca orientación específica en esas llamadas sobre cómo procederían con los aranceles, pero transmitieron que comprendían las preocupaciones, dijeron personas familiarizadas con las conversaciones.
Trump, quien pasó la mayor parte del martes a puerta cerrada preparándose para su discurso en horario estelar, habló con los principales ejecutivos automotrices para escuchar sus preocupaciones. Más temprano en el día, un grupo cúpula de cabilderos de automóviles advirtió que los precios de los vehículos podrían aumentar hasta un 25%, con los impactos sintiéndose “casi de inmediato”.
Al mismo tiempo, Trump –quien ha estado obsesionado con cómo sus políticas funcionan en los mercados– y su equipo estaban prestando mucha atención al mercado de valores el martes, observando cómo caía con la implementación de los aranceles, dijo una fuente familiarizada con las discusiones a CNN. Muchas personas cercanas a Trump creen que los mercados, en última instancia, se estabilizarán, dijeron dos fuentes familiarizadas con las discusiones, aunque la caída fue un golpe en el Despacho Oval.
Leavitt restó importancia este miércoles al papel que una drástica caída en el mercado de valores jugó en la decisión del presidente de ofrecer un alivio de un mes para las compañías automotrices.
“Creo que para la gente de Wall Street que puede estar preocupada, miren lo que este presidente hizo por ustedes en su primer mandato”, dijo Leavitt a los periodistas. “Wall Street prosperó. El mercado de valores prosperó. El presidente espera que eso vuelva a suceder”.
Algunos funcionarios esta semana también comenzaron a expresar preocupaciones internamente sobre cómo los aranceles afectarían áreas del país cercanas a la frontera norte, como Michigan, un estado que Trump ganó en noviembre y que tiene el mayor número de empleos en la industria automotriz en EE.UU.
“Cuando el dolor comienza a afectar a las ciudades estadounidenses, especialmente aquellas más cerca de Canadá, hay preocupaciones de que el argumento sobre el fentanilo no será lo suficientemente fuerte” para los estadounidenses afectados, dijo una fuente familiarizada con las discusiones a CNN, refiriéndose a la justificación de Trump para imponer las nuevos aranceles.
Diez minutos después de que los mercados cerraran el martes el miércolesel Dow Jones Industrial Average terminó con una caída de 670 puntos, o 1,55%el miércoles el secretario de Comercio de Trump, Howard Lutnick, apareció en Fox Business para adelantar un posible alivio.
De hecho, fue Lutnick quien apareció a la vanguardia del alivio arancelario, apareciendo en televisión al menos dos veces más en las siguientes 24 horas para sugerir que Trump estaba considerando pasos para suavizar, al menos temporalmente.
Sin embargo, hablando desde la Cámara de Representantes el martes por la noche, Trump no sonaba como un hombre dispuesto a retroceder. “Si no fabricas tu producto en Estados Unidos bajo la administración Trump, pagarás un arancel y, en algunos casos, uno bastante grande”, insistió.
Pero el alivio del día siguiente, al que los mercados mostraron signos tempranos de una respuesta positiva, fue el último ejemplo de latigazo económico por parte de la administración Trump sobre los aranceles. Quedó una pregunta abierta si las 36 horas de caos fueron un caso de mensajes mixtos o una Casa Blanca simplemente luchando por apaciguar a varios sectores.
“Hemos tenido dos días de incertidumbre en el mercado y todo el mundo está en llamas”, dijo Peter Navarro, consejero principal del presidente sobre comercio y manufactura, a CNN este miércoles.
Mientras que la industria automotriz dio la bienvenida al alivio de un mes, aquellos cuya subsistencia depende de un mercado estable dijeron que la incertidumbre seguiría representando un gran desafío.
“Es ciertamente un alivio, pero a largo plazo la situación no cambia”, dijo David Kelleher, propietario de un concesionario de Dodge, Chrysler, Jeep y RAM en Glen Mills, Pensilvania.
“A largo plazo, creo que sería genial que la administración trabajara con estas empresas y encontrara medios para mejorar nuestra posición en Estados Unidos”, dijo en CNN. “Construimos la mayoría de nuestros vehículos en Estados Unidos. Ya estamos construyendo la mayoría en Estados Unidos. Para un concesionario de automóviles, este porcentaje arruinaría completamente mi resultado final”.
En Ottawa, los funcionarios trabajaron para reconciliar los diversos mensajes provenientes de Washington.
Durante la última semana, Trudeau había estado tratando de comunicarse con Trump por teléfono sin éxito, una repetición de sus intentos cuando Trump asumió el cargo por primera vez para hablar con su homólogo.
Para cuando salió a denunciar con enojo el plan de Trump en una conferencia de prensa el martes, Trudeau parecía no tener idea de lo que Canadá podría hacer para satisfacer a Trump.
“No queremos esto”, dijo. “Queremos trabajar contigo como amigo y aliado, y tampoco queremos causarte daño. Pero tu Gobierno ha elegido hacerte esto”.
Al ver la conferencia de prensa de Trudeau en la Casa Blanca, los funcionarios tomaron nota cuando el líder canadiense se refirió a Trump como “Donald” en lugar de “presidente”, lo que tomaron como una muestra de falta de respeto (sin importar que Trump haya comenzado a llamar a Trudeau “gobernador” en referencia a sus descabelladas ambiciones territoriales).
No hay un sentimiento cálido en la Casa Blanca de Trump para el primer ministro saliente, quien ha pasado su última semana en el cargo lidiando con las consecuencias económicas de los aranceles.
Los asesores de Trump creen que el probable sucesor del Partido Liberal de Trudeau, Mark Carney, podría ser un socio más “razonable”, dijo el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, esta semana.
Aun así, ningún político canadiense va a abrazar la estrategia arancelaria de Trump. Incluso el líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, dijo el martes que Trump “apuñaló por la espalda al mejor amigo de Estados Unidos” con los nuevos aranceles.
Otros líderes en Canadá también han llamado la atención de los funcionarios de la Casa Blanca. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, prometió cortar las exportaciones de electricidad a EE.UU. “con una sonrisa en mi rostro” si se implementaban los aranceles de Trump.
No obstante, incluso cuando algunos de sus aliados tradicionales en Wall Street y Capitol Hill han instado a Trump a abandonar la noción de los aranceles como una herramienta de negociación crucial, él y sus asesores insisten en que la estrategia ha estado funcionando y dicen que están avanzando a toda velocidad para promulgar aranceles recíprocos el 2 de abril.
“Hemos visto un movimiento increíble por parte del Gobierno mexicano, pero necesitamos ver más de Canadá. Estamos hablando de seguridad fronteriza adicional”, dijo el asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, a CNN este miércoles.
“Sus fronteras están cortando el fentanilo, pero también cosas como la seguridad en el Ártico, las bases del norte y otras piezas que necesitamos ver como parte de esta negociación arancelaria”.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.