Los Dallas Mavericks dieron la sorpresa de la noche al vencer en Milwaukee a los aparentemente intratables Bucks de Giannis Antetokounmpo. No fue una victoria más. No fue un simple triunfo ante un equipo que no conocía la derrota desde…
Los Dallas Mavericks dieron la sorpresa de la noche al vencer en Milwaukee a los aparentemente intratables Bucks de Giannis Antetokounmpo. No fue una victoria más. No fue un simple triunfo ante un equipo que no conocía la derrota desde el pasado 8 de noviembre (Utah Jazz), que solo había claudicado ante Miami Heat en casa esta temporada en el segundo encuentro del curso (26 de octubre) y que sumaba, atención, 18 encuentros ganados de manera consecutiva. Fue una victoria de conjunto grande, de uno que sabe levantarse con una fuerza inusitada cuando recibe un golpe inesperado al estómago. De esos que dejan sin aire.
Porque la lesión de Luka Doncic era eso. Parecía eso, la verdad. Una zancadilla que ponía en suspenso una campaña en la que ya suman 18 triunfos en 26 choques. Los Mavs han ganado siete de sus últimos diez encuentros. Una decena de sus victorias han llegado fuera de casa. “Siempre que sales a la pista tienes la posibilidad de competir”, dijo Rick Carlisle, entrenador de estos texanos que no temen a nada y que con una actuación sorprendente dejaron en nada el show de Antetokounmpo. Uno más del griego. El alero, en plena lucha por el segundo MVP de su carrera, hizo su 16ª partido por encima de los 30 puntos con 48 y un 18 de 31 en tiros de campo (1 de 6 desde el triple, el gran lunar de sus impresionantes capacidades). A su segunda mejor anotación de la temporada añadió 14 rebotes y 4 asistencias.
La actuación de Porzingis
Sirvió de bien poco. Los Mavericks se quitaron la mala suerte rápidamente: al inicio del segundo cuarto iban 15 arriba (24-39) y llegaron al último cuarto con una decena de tantos de ventaja (76-86). Dallas ya había mostrado que eran algo más antes de la lesión de Doncic. Son profundos en la rotación. Saben qué tienen que hacer y cuándo. Saben dividirse un protagonismo que en Milwaukee pasó a manos de Kristaps Porzings y Seth Curry. El letón realizó su actuación más importante desde que regresó de su grave lesión: 26 tantos y 12 rebotes. Embocó 4 de sus 8 intentos de triple con un par casi desde el centro del campo cuando la soga más apretaba. Con él sobre la cancha los Mavs tuvieron un +20. El hermanísimo de Stephen, por su parte, no se quedó atrás. Llegó también a los 26 con otros 4 aciertos de tres.
La actuación de Curry
Los visitantes soportaron una última embestida brutal de los Bucks. A falta de 90 segundos, ganaban de 13 (99-112). Siete puntos seguidos de Antetokounmpo hicieron temer lo peor. Sin embargo, el griego no pudo elevar la cifra de los suyos hasta los 19 triunfos consecutivos. Dallas es el mata gigantes de la NBA: tras acabar a principios de diciembre con Los Angeles Lakers, líder de la Conferencia Oeste, cuando sumaban diez seguidos, ahora fue el turno del líder del Este y su racha imposible. Es el único conjunto de la NBA que ha podido doblegar a estos dos gigantes. Y sin Doncic en esta ocasión.
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