Dueñas de goles invisibles no hace tanto tiempo, las futbolistas han reclamado en el campo su presencia en la sociedad. Hoy son una realidad con mejoras progresivas en cuanto a estabilidad, Seguridad Social, salarios y una base fuerte con la que alcanzar la profesionalización plena. Algún día. No está todo conseguido, y ellas no van a dejar de luchar. Pero no siempre el partido se disputa en el césped. En juego ahora, el convenio colectivo. A priori, un objetivo común que sin embargo se ha convertido en una batalla sindical de poderes.
Por una parte, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que exigió la firma del convenio colectivo para esta misma temporada. «Y ya llega tarde, tendría que existir desde hace años. Para que las futbolistas podamos contar con una protección y con unos mínimos y desde ahí poder crecer», explicaba María Ruiz a este periódico en agosto. Por otra, el sindicato Futbolistas On, que exige su lugar en la mesa de negociación por sus 2.600 afiliados, entre mujeres y hombres. AFE, por tener el mayor número de afiliadas y por el apoyo que tienen con FIFPro -, considera que son ellos los que deben sentarse a la mesa en exclusiva. Una razón que no entienden ni la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), constituida como patronal, ni los otros dos implicados, Futbolistas On y UGT, que abogan por estar todos para representarlas a todas.
Fue uno de los motivos de la discusión con la que terminó el primer intento de negociación, celebrado la semana pasada en el Consejo Superior de Deportes. No hubo mayor acuerdo que el de la necesidad de contar con un mediador. «Salimos de allí sin hablar nada sobre los derechos de las futbolistas», comentó Lola Romero, vicepresidenta de la asociación y responsable del Atlético de Madrid.
La patronal, la ACFF, admite la necesidad de firmar este primer convenio colectivo, y que sea estatutario para que cubra a todo el sector, no solo al que lo firme. Pero se ha sentido atacada por las formas con las que AFE ha iniciado las conversaciones. «Nos gustaría que ese paso adelante de los sindicatos hubiera sido diferente. No un acercamiento de ataque, sino de unión, vamos a hacerlo juntos», subraya Pedro Malabia, director general de la ACFF. «No entendemos la urgencia de hacerlo deprisa y corriendo para ya. Y sabemos que es necesario este convenio, pero no vamos a firmar una cosa elaborada en cinco minutos», explica Rubén Alcaine, presidente de la ACFF.
«Fuimos los primeros que lo pedimos. El propio sindicato nos ha reconocido que el 90 % de lo que piden ya lo disfrutan las futbolistas. Además, han partido de unas mentiras que nos duelen. Dicen que hay cláusulas antiembarazo o que no están dadas de alta en la Seguridad Social. Mentira. Al club que no lo hace se le expulsa. Todo es mejorable, pero esa es una imagen que no es real. Tampoco queremos, como ellos proponen, un corta/pega del masculino. Nos fastidia que, como no han encontrado argumentos de que las jugadoras están tan mal, se lo inventen», indica Romero.
Aseguran que no hay ninguna jugadora sin su cotización y que ninguna cobra por debajo del salario mínimo interprofesional. Al contrario, se han aumentado los sueldos en un 37 % con respecto al año pasado. «Los salarios han crecido por encima de la industria. Conocemos muy bien a las jugadoras y sabemos que priorizan las condiciones a ganar 200 euros más. Son conscientes de que los clubes son deficitarios y que se paga lo que se puede. El crecimiento también se paga», concluye Malabia.
