Larkin, el ogro que se lavaba las manos ocho veces

El Palau Blaugrana recibe esta noche al Anadolu Efes (21.00 horas, DAZN) en una repetición de los playoffs del año pasado, que acabaron con la eliminación del Barcelona a manos del conjunto turco liderado por Shane Larkin, el hombre récord de la Euroliga que amenaza hoy al renovado equipo español. Ha cambiado mucho el Barça, comandado ahora por Mirotic y Brandon Davies, y no tanto el equipo turco, que sigue estando en manos del base americano, cuya importancia va a más en cada encuentro que pasa. En las venas de Shane Larkin (Cincinnati, 1992) corre sangre de deportista. Su padre, Barry Larkin, fue una leyenda del béisbol americano y sus tíos también brillaron con el bate y con el baloncesto. Quizá por eso, la mayor preocupación del ahora base del Efes fue decantarse por uno de estos dos deportes. Lo hizo por la canasta, en la que encontró el mejor refugio para superar el trastorno obsesivo-compulsivo que sufrió hasta que fue un adolescente. El jugador confesó hace meses su relación con esta enfermedad y cómo el baloncesto le ayudó a superarla. Cada mañana, el niño Larkin se despertaba y ponía en la televisión su programa deportivo favorito. Mientras, se vestía siguiendo un ritual estricto, que podía alargarse en función de las circunstancias. A saber. Si el pantalón rozaba la alfombra, ya no valía. Tenía que cambiarlo y lavarse las manos ocho veces. El ocho. Su número mágico. El fetiche. Tocar un vaso en la cocina, un simple encuentro con su perro o la apertura de un cajón manchado acababan obligándole a repetir el ritual y lavarse ocho veces las manos. Y así, durante todo el día. Era tal el trastorno, que había noches que llegaba a la cama con las manos llenas de heridas. Solo el baloncesto le permitía evadirse. Alejarse de un problema que fue poco a poco dejando atrás y que hoy es solo un mal recuerdo para el base del Efes, el más efectivo del torneo continental. Porque Larkin ha sabido adaptarse a Europa para brillar como ningún otro americano en la Euroliga. Además de liderar la estadística de valoración, el ex de los Celtics y los Nets se convirtió el pasado mes de noviembre en el jugador con más anotación en un partido de Euroliga. Los 49 puntos que logró ante el Bayern son el tope de la competición y una advertencia para sus rivales. Si tiene el día, es imparable. Lo sabe bien Pesic, que el año pasado le sufrió en cuartos de final y que hoy tratará de ponerle freno para conseguir una victoria que le permita igualar con los turcos en lo alto de la clasificación. «Nos motiva demostrar que estamos al mismo nivel que ellos», explica el técnico azulgrana. A la misma hora, el Valencia recibirá al Olympiacos en un duelo directo por la octava plaza que da acceso a los playoffs.