Diez kilómetros al norte de Colonia y cuarenta al sur de Dusseldorf, en el lado este del río Rin, uno de las vías fluviales más relevantes en Europa, Leverkusen parece una ciudad más de esta peculiar zona de Alemania, claramente influenciada por su potente industria farmacéutica y química, pero no lo es. No importa el frío, ni la lluvia, ni la humedad, ni tampoco la escasez de sol. Leverkusen brilla, luce y sonríe como nunca antes. Marquesinas de parada de autobús, luminosos de centros comerciales, jardines, ventanas y balcones de las viviendas, señales de tráfico, aceras, farolas, semáforos... Cualquier elemento es válido para presumir con una bandera, una bufanda, unas banderolas, una pegatina o, sencillamente, unas tiras negras y rojas, los habituales colores del Bayer, la sensación de Europa . «Somos los campeones alemanes 2024», «Nosotros escribimos la historia», «Bayer, número uno del Rín» son algunos de los mensajes que se leen por Leverkusen en una primavera que aún se resiste a llegar a la ciudad. Da exactamente igual. Orgullo por el equipo de una ciudad de apenas 165.000 habitantes que en el 120 aniversario de su nacimiento ha logrado reescribir su historia y la del fútbol alemán: campeón de la Bundesliga por primera vez. Y qué campeón. Invicto, a falta de solo tres jornadas para el final del campeonato, y con doce puntos de ventaja sobre el intocable Bayern Múnich, que acumulaba once ligas consecutivas. Adiós para siempre a la mofa de «Neverkusen» y «Vicerkusen». Ahora, el Bayer es «Meisterkusen». Al frente de esta gesta está Xabi Alonso, uno de los mejores futbolistas españoles de la historia, cuya corta carrera en los banquillos no ha podido empezar mejor. Se fogueó durante una temporada en el Infantil A del Real Madrid y, después, se puso al frente del Sanse, el filial de la Real Sociedad, durante tres temporadas. Fue en octubre de 2022 cuando el español Fernando Carro, CEO del Bayer, llamó a su puerta: «Nunca consideré un riesgo fichar a Xabi . Cuando estuvimos en San Sebastián, las conversaciones que tuvimos con él me mostraron un Alonso muy analítico y muy inteligente. Sabía lo que quería, tenía experiencia, aprendió de muchos entrenadores distintos… Es verdad que hubo gente desde fuera que lo vio como un riesgo, pero yo no. Lo vi como una apuesta segura«. UNA CIUDAD TRANSFORMADA Arriba y abajo a la izquierda, dos aficionados al Leverkusen. A la derecha, Uwe Richrath, el alcalde: «Xabi significa mucho para Leverkusen. Se identifica con nuestra ciudad y transmite emotividad y honestidad. Ha da dado orgullo de pertenencia a nuestra gente» MATÍAS NIETO El equipo estaba inmerso en una dinámica muy negativa de resultados y con un claro riesgo de descenso si no se tomaban medidas serias. La de mayor calado fue apostar por Xabi Alonso. Daba igual su inexperiencia en los banquillos a nivel profesional. El Bayer estaba seguro de tocar la tecla correcta. En todos los sentidos. Y así ha sido: « La ciudad está completamente transformada. Hay un gran ambiente de convivencia, y hay felicidad en la gente y en las calles. Tenemos 140 nacionalidades diferentes viviendo en Leverkusen y Xabi ha unido a todas ellas. Ha hecho un equipo y ha hecho una ciudad. Aunque seamos diferentes, compartimos los mismos valores porque Xabi ha traspasado los valores de su Bayer a la gente. Modestia, humildad y convivencia entre 140 nacionalidades. Alonso ya es uno de los nuestros«, reflexiona Uwe Richrath, el alcalde de la ciudad desde 2016. En Wiesdorfer Platz, la calle peatonal del centro de la ciudad que desemboca en el Ayuntamiento, se ubica una de las dos tiendas oficiales del club alemán (la otra está en el estadio). A su entrada, un mensaje directo: «Un día sin el Bayer 04 es un día perdido «. Es el reflejo del sentimiento que ha generado este equipo de autor: »Xabi es Dios para nosotros. Ya ha superado a Daum«, dice Martin, uno de los dependientes de la tienda y socio del club desde los 15 años. Christoph Daum fue entrenador del Leverkusen entre 1996 y 2000, época en la que se lograron tres subcampeonatos. En 2019, la afición del Bayer le nombró el mejor entrenador de la historia del club, reconocimiento que tiene los días contados: «Le hemos pedido al Bayer que ponga una estatua de Xabi en las afueras del estadio, como la que tiene Klopp en Anfield. Ya es el número uno», asegura Martin. «Xabi es top, el mejor entrenador del mundo ahora mismo. Es una suerte que esté con nosotros», explica Ferhat, vendedor en un puesto de frutas. «Me he hecho socio por su culpa», desvela Ali, camarero en un restaurante de comida turca. «Nunca ganamos nada y él lo ha logrado a la primera. Es excepcional», dice Niclas, un joven de 16 años que se saca un dinerillo trabajando unas horas en la tienda oficial del club. La petición de una estatua para Xabi no es el único reconocimiento que se le viene encima. A pesar de que en Leverkusen está prohibido ponerle el nombre a una calle de una persona viva, el gobierno socialdemócrata que dirige Leverkusen va a llevar al pleno esta posibilidad: « Xabi significa mucho para nuestra ciudad. Siente una gran identificación con Leverkusen, mantiene al equipo unido y al mismo tiempo transmite una gran emotividad y honestidad. Así que tenemos un gran deseo de ponerle su nombre a una calle y espero que así sea. Es cierto que hasta ahora no hay calles de personalidades vivas, pero esto puede cambiar. Xabi se lo merece», explica el regidor. El alcalde llevará a pleno poner una calle de la ciudad a su nombre, a pesar de que solo esta permitido para personalidades muertas Además de la futura calle Xabi Alonso, el alcalde también deseaba que el entrenador donostiarra, así como Fernando Carro , el presidente Werner Wenning y el director deportivo Simon Rolfes fueran nombrados ciudadanos honoríficos de la ciudad. Para eso necesitaba dos tercios en la votación, pero el CDU, que ejerce de oposición, no estaba por la labor. Así que el propio Bayer agradeció al alcalde la iniciativa, pero le pidió no llevarla a consulta. Para los directivos del Bayer, lo importante es lo que está haciendo este equipo y ya se sienten muy agradecidos por el amor que le transmiten su gente: «Xabi le ha dado Leverkusen un mayor orgullo de pertenencia a sus ciudadanos . Tenemos 120 años de vida, pero este momento actual es especial. Y no solo para Leverkusen, sino para Alemania y para Europa. Xabi ha dotado al Bayer de mentalidad ganadora y esto es importante, pero lo es más la actitud, el hecho de cómo juegan a nivel colectivo. Ese éxito y ese alto rendimiento se logra con un gran sentimiento de comunión y colectividad», añade Richrath. Veneración Ibi, de 52 años, es un aficionado del Bayer que acaba de comprar dos bufandas en el centro comercial del centro de la ciudad. Son para su suegra, que viene de Dortmund: «Aunque ella sea del Borussia, viene a ver su yerno y a nuestro Bayer (risas). Xabi ha sido un verdadero golpe de suerte para nuestro club. Es una gran persona, que tiene los pies en la tierra y que le ha dado al equipo la mentalidad de un club campeón. Y lo ha hecho con jugadores de calidad. Tenemos lo que nos ha faltado durante décadas: mentalidad y calidad». Los aficionados han nombrado la avenida principal de la ciudad y esperan que el alcalde cambie el nombre de forma oficial. Abajo, dos aficionados, uno de ellos con una camiseta de la selección española firmada por el propio Xabi. MATÍAS NIETO «Voy a cumplir 70 años y lleva 45 de socia en la curva norte. Lo que más me gusta de Xabi es que ha logrado que toda la plantilla se sienta partícipe. Utiliza un equipo para la Bundesliga y otro para la Europa League. Todos juegan, todos tienen su protagonismo. Y van de la mano con la afición. Por eso nos cae tan bien y se ha hecho tan popular. Lloré tanto el día que ganamos la Bundesliga… Siempre estará en mi corazón. Ojalá se quede muchos años más », explica Scholz, una veterana aficionada de 70 años que lleva casi medio siglo acudiendo sin descanso a su butaca en el Bay Arena. Vida en Dusseldorf Xabi, junto a su mujer Nagore y sus hijas Ane y Emma, de 14 y 11 años respectivamente, viven en Dusseldorf (Jon, el mayor, lo hace en San Sebastián, donde con 16 años juega en el Zuatzu de centrocampista, como lo era su padre). Allí también viven muchos de sus jugadores. No es nada extraño. Ya lo hizo Raúl también cuando jugó en el Schalke 04. De hecho, el propio alcalde nos confiesa que el 50% de los funcionarios del Ayuntamiento no viven en Leverkusen. La ciudad es pequeña y no todos caben. Desde Dusseldorf tiene 35 minutos en coche hasta los campos anexos al Bay Arena, donde se entrena el Bayer. Allí hace jornadas de hasta diez horas de trabajo. Trabajo, persistencia y culto al detalle. A Xabi no se le escapa nada: «¿Le preocupa que una invasión del campo afecte al estado del césped?», le preguntaron en rueda de prensa el día antes de ganar la Bundesliga. No era un tema menor. En Leverkusen ya saben lo perfeccionista, detallista y meticuloso que es. De hecho, el viernes, antes del partido contra el Stuttgart, volvieron a preguntarle por la hierba. Los cuidadores le habían dicho que ya estaba de nuevo en perfecto estado. Xabi es consciente de lo que ha supuesto ganar la Bundesliga, pero queda un premio mayor, el triplete: «No hay que parar» «Cuando coincidimos en el Madrid me di cuenta de que sería un gran entrenador. Un tipo humilde, tranquilo y con el don de la naturalidad. Un jugador muy calmado que se transformaba en el campo. Ahí ya ejercía de entrenador, de líder, desde su posición de mediocentro. Y así lo está demostrando», explica su amigo y excompañero en el Madrid José Callejón . El motrileño, actualmente en el Granada, le escribió para felicitarle por la Bundesliga y la respuesta que recibió fue la de felicidad, pero también la de trabajo incompleto. La temporada no se ha terminado: «Me dijo que estaba contento, pero que tenían que ir a por la Copa alemana y la Europa League ». Gen ganador y ambición, como cuando era futbolista. No es casualidad que sea el entrenador con mayor tanto por ciento de victorias ( 75%) de la historia del Bayer. Lo ha logrado con la misma pócima que se bebía de futbolista: fidelidad, complicidad y naturalidad. Trata a los jugadores como si fueran compañeros y se ha rodeado de gente de su confianza, como su segundo, el argentino Sebastián Parrilla, con quien comparte tándem desde sus inicios en el banquillo. Fuera del fútbol, vida familiar, tranquila y reservada. En eso es más alemán que un nativo de aquí. Prácticamente nada se sabe de su vida privada en Leverkusen, y así quiere que siga siendo. Alejar a su familia y a sus hijos del foco que él, evidentemente, no puede evitar y verlos felices es prioritario. Trabajo y casa, casa y trabajo, esa es su rutina. Y hacer feliz a la gente. Xabi Alonso, el héroe del Meisterkusen.