Los enroques del fútbol español son infinitos. De un inhabilitado a otro (Luis Rubiales, Pedro Rocha, Rafael Louzán), los presidentes territoriales van gastando cartuchos para seguir controlando la Federación y logran mantener su portería a cero. Ni Carlos Herrera, ni Eva Parera, ni Juanma Morales, ni Gerardo González… Todos los aspirantes siguen el mismo camino que Iker Casillas hace seis años: trabajan durante meses, cuando no años, pero no son siquiera capaces de presentar su candidatura a las elecciones y explicar su programa (al menos los que lo tienen) públicamente. El sistema de aval único, refrendado por el Consejo Superior de Deportes, limita necesariamente el número de opciones: un regalo para los llamados barones territoriales. El fútbol. Muchos críticos o...
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