Fue muy emotivo el encuentro que el sábado disputaron en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán el Sevilla FC y el Celta de Vigo, el último de Jesús Navas, la leyenda sevillista, como jugador profesional en su casa antes de retirarse definitivamente este próximo domingo frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Tanto en los prolegómenos, como durante el encuentro y también una vez que el colegiado Gil Manzano pitó el final del duelo, se vivieron momentos con una gran carga de emoción, de los que también fue partícipe el equipo vigués con su capitán Iago Aspas a la cabeza. En el minuto 70 fue cuando Xavi García Pimienta decidió sustituir a Jesús Navas. El Sevilla ya iba ganando por 1 a 0, gracias al tanto de Manu Bueno, el canterano que celebró muy emocionado el gol junto a su ídolo Navas, y cuando el cuarto árbitro levantó el cartelón el partido llegó a pararse. El colegiado extremeño dio permiso a que la sustitución se produjese y tanto el árbitro como el propio Celta colaboraron a que el palaciego tuviera la despedida que merecía. El primero en acercarse y abrazar a Navas fue Iago Aspas. El capitán gallego estuvo muy cariñoso con su homónimo sevillista. Y a partir de ahí se acercaron a donde estaba el capitán nervionense los otros nueve jugadores de campo y también el portero, Álvaro Fernández, para despedirse de él sobre el terreno de juego de la que ha sido su casa futbolística. Antes, en los prolegómenos del partido Iago Aspas entregó a Jesús Navas una camiseta firmada por todo el plantel del Celta y también un cuadro con una fotografía del primer partido de Navas contra el Celta en el estadio de Balaídos.
