El corazón de Jesús Navas se hizo añicos antes, durante y después del partido ante el Celta, y todo el mundo fue testigo de ello, pero lo cierto es que su despedida como futbolista profesional de todo lo que huele a élite en el Ramón Sánchez-Pizjuán comenzó a gestarse desde mucho antes. Concretamente en la más que emocionante sesión previa a ese mismo encuentro que corresponde en el almanaque a la 17ª jornada del campeonato, en la cual iba a acabar venciendo el cuadro dirigido por García Pimienta por un gol en Nervión contra el Celta que supo a gloria. Todos los miembros del staff estuvieron muy cerca del futbolista y él quiso tener un detalle en forma de sincera atención con todos con un discurso emocionante. A sus 39 años dirá adiós definitivamente en el Santiago Bernabéu este domingo, aunque permanezca cerca de un modo u otro, y Navas mostró por entonces una actitud muy distinta a sus más recientes comparecencias públicas, en las que siempre ha manifestado, y nadie puede negarle razón alguna, que se ha dejado todo por y para el Sevilla , en los últimos años y de forma tan peligrosamente frecuente que ha estado hasta jugándose su propia integridad física. Nadie le llevará la contraria en esas y todas sus afirmaciones porque lo ha dado y lo sigue dando todo en el campo, acuñando además los mejores valores del deporte y del sevillismo a cualquier generación venidera. No trascendió nada hasta este mismo lunes al mediodía ya a posteriori porque además de la preparación íntima y táctica, la fiesta emocional fue mayúscula ya en Nervión el pasado sábado, máxime con el golazo de Manu Bueno, dorsal 16 del Sevilla Atlético, que cerró en Sevilla la fabulosa historia de un canterano que se va justo como llegó: haciendo historia con otro que viene empujando al igual que el resto de jóvenes que aspiran a ser como él. Los que presenciaron los ejercicios previos del palaciego hablan de la naturalidad con la que Navas protagonizó no pocos mensajes cargados de simbolismo , todos ellos nacidos de la admiración de los profesionales que han rodeado y vivido junto a él sus últimos días yendo a trabajar a la ciudad deportiva en calidad de futbolista profesional. En su responsabilidad y en la de todos estaba dejar al Sevilla en la clasificación lejos de la quema de los puestos rojos y es de lo que más orgulloso se sentía, y así se lo fue expresando tanto a su último entrenador en su carrera, García Pimienta, como a sus más estrechos colaboradores en el cuerpo técnico, por no hablar de todos los gestos de cariño a los que correspondió Navas por parte de sus propios compañeros de vestuario, que en público y a título privado querían brindarle un triunfo que acabó materializándose. Todos de hecho compartieron momentos de unión abajo reflejados. En un vídeo compartido por el club, y habiéndose reunido toda la plantilla en el gimnasio, el presidente José María del Nido Carrasco enumeraba el palmarés conseguido por el de Los Palacios en el Sevilla allí presente en el gimnasio para comenzar su defensa a una institución como la que se despide: «Son los ocho títulos que ha ganado aquí: cuatro Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. ¿Quién es Jesús Navas?», preguntaba casi retóricamente el máximo responsable del conjunto sevillista para que replicara Gudelj, segundo capitán del grupo : «Es una leyenda viva. Es el rey del Sevilla, aquí muestra lo que es y lo que ha significado para el club», comentaba el internacional serbio. Daba paso Del Nido Carrasco a la voz de los cinco canteranos que ya se ven en dinámica del primer equipo, como son Juanlu, Alberto Flores, Isaac, Kike Salas y José Ángel Carmona. Todos ellos tuvieron palabras de agradecimiento para Navas por ir más allá como referencia del deporte. Puntualizó el presidente nervionense luego sus casi mil partidos oficiales disputados, habiendo ganado quince títulos en su carrera, ocho de ellos como sevillista, y siendo el que más ha logrado ganar con España. «Como compañero y capitán lo han definido ustedes: siempre está disponible, lidera desde el esfuerzo, siempre está preparado cuando lo requiere el cuerpo técnico», esgrimía entre sus virtudes Del Nido Carrasco. «Y cuando en verano se le pidió un último esfuerzo, no dudó en quedarse unos meses en un proceso de inicio de este nuevo proyecto. Es bueno que lo destaquemos como persona, que es un fiel reflejo del nunca te rindas. Tuvo un problema cuando era joven y su sueño era ser futbolista y lo superó», manifestaba, antes de un emotivo epílogo. «Jesús juega su último partido en su casa y tenemos que dar todo lo que tengamos en el campo para que le podamos mirar a los ojos, así que mañana ganamos por él». Y ya fue cuando Navas habló: «Ya sabéis, es mi último partido en casa, y voy a dar las gracias al cuerpo técnico, a los compañeros. Para mí ya están siendo un regalo estos seis meses, defender a mi Sevilla pese a mis dolores, y quiero que os quedéis con ese legado de luchar día a día. Dad las gracias a la afición y dadlo todo por ellos, que estarán en las buenas y en las malas. Para mí será increíble lo de mañana», decía el viernes previo al Sevilla - Celta un Navas absolutamente emocionado. Quiso dar las gracias asimismo ya sin las cámaras por el esfuerzo diario también de profesionales de otras áreas como el servicio médico un Navas que se ha visto obligado en numerosas ocasiones en los últimos años a estar pendiente de dicho departamento por dolores incesantes como los de su cadera y otros problemas de salud. Sin ir más lejos, acabó con una herida en una pierna el choque frente al Celta y admitiendo que al menos dos días estaría si cabe sin poder andar, con el fin de echar lo que le quede por dar, si es que le queda, en el Santiago Bernabéu. En aquel entrenamiento del viernes, y más allá del discurso de arriba Navas abandonó sus palabras de capitán que tiene reservado para los medios de comunicación, uno que se sabe al dedillo y del cual tan orgullo se siente el sevillismo al no poder verse más representado, y se transparentó el Jesús de siempre, repleto de bromas, risas y ojos vidriosos que sin duda alguna evidenciaron que aquel no era un entrenamiento más. De hecho, le restan cuatro sesiones de entrenamiento antes de visitar al Real Madrid: miércoles, jueves, viernes y domingo, teniendo libres lunes y martes, algo que honestamente vendrá de perlas al palaciego para poder despedirse sobre el terreno de juego del Santiago Bernabéu. García Pimienta hizo un balance más general cuando fue preguntado por la semana más nostálgica de Navas en la rueda de prensa previa al choque frente al conjunto celeste que lidera Aspas: «Se trabaja de forma distinta, porque es un partido muy especial por lo que significa. El último partido de Jesús en el Sánchez-Pizjuán, un partido super emotivo, pero preparándolo con toda la ilusión, energía y ganas de hacer un buen partido. El primer implicado ha sido Jesús toda la semana, hemos hablado y hemos hecho bromas, pero teniendo en cuenta que es un partido con tres puntos en juego muy importantes», establecía el preparador catalán. Dentro de esa emotividad, proseguía García Pimienta remarcando que «los jugadores son muy profesionales, él el primero, dando ejemplo. Es un partido diferente y habrá situaciones de homenajes al inicio y después, pero durante el juego necesitamos dar nuestra mejor versión ante un rival muy difícil, con un entrenador increíble, y tenemos que hacer un partido muy completo en una jornada especial. Con la ayuda de todos debemos pelear para conseguir los tres puntos», apostillaba.
