Un toque de persuasión nunca viene mal para las negociaciones. Para convencer, y, sobre todo, para vencer; o si lo prefiere, para triunfar, como la persuasiva Anne Elliot de la novela de Jane Austen, que tuvo que camelarse de nuevo al capitán Wentworth, después de haberlo rechazado en su juventud. Ya ve, todo está en los libros, que diría Murakami; hasta el novelón de Pedro Sánchez. «El desafío que tenemos las izquierdas es persuadir a la ciudadanía» ha dicho en innumerables ocasiones el presidente del Gobierno... Читать дальше...