Jon Fosse ríe más que sus libros, pero es que la vida no es literatura, dirá luego, poco después de presentarse; la literatura es otra cosa: un joven que cruza un mar sin nombre y se encuentra con sus muertos, el tacto de la hierba al borde de un acantilado, una epifanía que detiene el tiempo y lo extiende por la página, las palabras que vuelven como las olas y se repiten, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, de nuevo, una y otra vez, y así hasta que el ritmo de la prosa amansa la velocidad del mundo que hay ahí fuera... Читать дальше...