«Tras un curso escolar en casa nuestro hijo de acogida mejoró en clase y dejó de pegar»
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Los niños que participan en el programa siguen manteniendo su plaza en su centro escolar de origen, pero la coordinación con el colegio pasan a realizarla las familias de acogida, que deben reportar también la información al educar del niño en el centro para que esta sea registrada. Bajo estas premisas, Mateo, de 9 años, sacó adelante un curso que si ya de por si fue difícil para todos en general, para estos niños todavía más, porque sufrieron la falta de recursos materiales en las residencias para acceder a la enseñanza online, más la suspensión del voluntariado presencial y el apoyo escolar con carácter semanal del que disfrutaban.
Resultados académicos
Todo eso quedó atrás en casa de sus padres de acogida. «Nos dijeron que no nos centrásemos mucho en la parte académica, pero el crío ha mejorado muchísimo. Es verdad que hemos luchado, porque algunos días, como todos los niños, había día que no quería hacer deberes, o no quería estudiar, pero de repente le cambió la letra. Terminó haciendo unos cuadernos de exposición. También dejó de pegar. Me decía: ya no pego. Estaba enfadado con el mundo», asume esta madre.
La adaptación al nuevo hogar y las costumbres familiares fue muy lenta y progresiva «Cuando llegó a casa tenía muchos problemas de conducta. Raro era el día en el que no me llamaba una monitora del comedor. Pero somos conscientes de que el 90 por ciento de su vida ha sido difícil. Un curso después, el niño ha mejorado mucho. Y a mi casa han vuelto los cromos de la Patrulla Canina y el Ratoncito Pérez», insiste esta mujer.
Prioridad administrativa
El acogimiento familiar, recalcan desde la Comunidad, «es la alternativa más idónea para el crecimiento y el desarrollo psicosocial de los menores. Para nosotros es una prioridad. Estamos abiertos a cualquier persona o famila, con o sin hijos, que esté dispuesta a abrir su hogar y ofrecer un clima de convivencia en un entorno familiar estable». «No hace falta ser millonario. De hecho, lo que menos importa es lo material. La mayoría de participantes ya de por sí tienen un corazón muy generoso. Es más, no hace falta ser solidario con los que están lejos los tenemos a la vuelta de la esquina, y en cada ciudad hay un centro o una residencia de menores. Para nosotros es un servicio a los demás, no lo hacemos por llenar ningún vacío, tenemos hijos, perros... Una vida absolutamente feliz, normal e imperfecta», concluye Chelo.
Datos de interés
Objetivo: El programa propone el acogimiento temporal con una duración vinculada al curso escolar 2021-22. De hecho, junto a la convivencia familiar, tiene entre sus objetivos principales el apoyo educativo.
Asociaciones: El proceso de idoneidad lo llevan a cabo la Dirección General de Infancia, Familia y Fomento de la Natalidad y entidades como Aseaf (Asociación Estatal de Acogimiento Familiar), Adacam y la Fundación Soñar Despierto.
Edad de los participantes: Menores en edad de escolarización (entre 6 y 17 años).
Menores en acogida: En 2020 el número de menores bajo medidas de protección de la Comunidad de Madrid fue de 3.802, de los cuales 1.498 se encontraban bajo acogimiento residencial.
