La forma de luchar en el Mediterráneo no cambió mucho a lo largo de los siglos. Las galeras (del griego medieval galéa) eran embarcaciones perfectas para navegar por este mar, sin grandes vientos, y para un tipo de guerra que exigía combates terrestres sobre el agua. Cuando dos galeras se enfrentaban lo primero era tratar de embestirse una a la otra con el espolón a modo de cornamenta; después, si ambas sobrevivían se entrelazaban como serpientes y convertían las cubiertas en un campo terrestre flotante donde la infantería luchaba durante horas. Su pequeño tamaño, 140 pies de eslora y 20 pies de manga, hacía imposible a marineros, soldados u oficiales el resguardarse de la zona más expuesta.
Ni siquiera la gran...
Ver Más