España es un caserón invadido de goteras y de historia al que le están saliendo, a todas horas y por todos lados, arquitectos hambrientos de ilusiones y extravagancias, dispuestos a echar abajo el inmueble y comenzar desde cero, que de esto saben mucho y tienen el culo pelado. Y nada hay más peligroso que un soñador tan empecinado en alcanzar sus sueños y satisfacer sus voracidades. El acto de destruir, artísticamente hablando, encierra en sí mismo la más esplendorosa obra de creación. Porque siempre se destruye con la intención de edificar algo nuevo, aunque ese algo sea simplemente una escombrera de cenizas y de nadas. En excentricidades más imposibles ha conseguido hacernos creer el arte contemporáneo. Aquí y ahora se... Ver Más