Un idiota se inventa que un grupo de encapuchados le han rajado una nalga y España chapotea en el fango del ridículo. Tras escuchar al sínodo progre al completo en Laudes, no escuché a ninguno pedir perdón y tapar sus vergüenzas en su homilía de la tarde, cuando se descubrió el bulo del culo. Resulta curioso que la misma agresión cambie de denominación y, por lo tanto, de mitología, de sobreactuación e incluso de tipo penal, en función de la orientación sexual e ideológica del agresor. Porque hay que recordar que la agresión existió, aunque ahora la víctima diga que fue consentida. No me lo creo, pero veremos, porque la Fiscalía debe actuar de oficio ante este delito de lesiones....
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