El Gobierno vuelve a demostrar su alta tolerancia hacia el fraude académico con la nueva ley de Convivencia Universitaria. Castells tenía la oportunidad de plantear un proyecto ambicioso para desterrar las prácticas sin integridad de las facultades -a imagen y semejanza de las normas que existen en las universidades europeas-, pero le ha debido parecer que el copieteo no hace falta tomarlo tan en serio. La guía de castigos que plantea, y que muchos estudiantes ya consideran desproporcionada, provoca sonrojo cuando se compara con las penalizaciones que aplican las instituciones académicas más serias.
No hace falta recurrir al ‘top ten’ de las universidades para encontrar que la norma más extendida es la tolerancia cero con el fraude académico. Para la... Ver Más